Más vale prevenir que lamentar


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Haciendo una investigación superficial sobre las causas de la tremenda conflictividad social que hemos venido padeciendo, lo que se refleja en las manifestaciones de protesta, bloqueos o concentraciones humanas, consecutivamente mis interlocutores respondían que lo que más les aflige es la inseguridad en que vivimos, ya que les limita realizar con mayor libertad y tranquilidad sus deberes y responsabilidades. Otros se quejan de no poder salir de noche como antes lo hacían, ya fuera para ir a comer a algún restaurante, al cine o distraerse de una y mil maneras y hubo hasta quienes contaron que antes, después del trabajo, su fe les motivaba a pasar por el templo de su predilección para rezarle al santo de su devoción, lo que ahora les es imposible porque temprano cierran los templos ante la inseguridad en que vivimos.

Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt


Y es verdad, la inseguridad no solo afecta a los humanos, sino también perjudica a sinnúmero de actividades que hace ya algunos años  podían realizarse con entera normalidad. Pero lo más triste del caso y a la vez incomprensible, es que por más que hago memoria no recuerdo haber visto a los guatemaltecos manifestarse públicamente para exigirle ya fuera al mismo presidente o al ministro del ramo, el cumplimiento de sus deberes y responsabilidades. Sin embargo no pasa un día sin presenciar o enterarnos de manifestaciones por aumento de sueldos o prestaciones; de protesta por la instalación de mineras o hidroeléctricas; por falta de vivienda o la carencia de agua potable o de tantos más servicios públicos, pero por la carencia de seguridad, aun siendo lo que más nos afecta a todos, no decimos ni pío.

Durante el fin de semana anterior ocurrieron dos hechos que me trajeron a la memoria la sentencia que coloqué en el titular de este comentario “Más vale prevenir que lamentar” y ello también me lleva a cuestionar a nuestro ministro de Gobernación ¿cuándo va a ser el día que con inteligencia se logre que las fuerzas de seguridad prevengan los delitos y dejar de circunscribirse a solo llegar al sitio del desastre haciendo el gran aparato cuando lo que se requiere con urgencia es la asistencia médica o su transportación para llevarlos a un centro asistencial? Algo más, ¿por qué las fuerzas combinadas de seguridad no hacen nada para evitar zafarranchos entre aficionados al fútbol, como ocurrió después del encuentro entre Cremas y la Universidad y no que sigue prevaleciendo el criterio que la Usac es “territorio libre”? Y ¿Cuándo será el día que los destacamentos militares, como el situado a 25 metros del mercado El Gallito de la zona 3,  solo sean útiles para resguardar a sus elementos en vez de proteger a la población, patrullando los alrededores para evitar que los delincuentes sigan cometiendo impunemente sus fechorías? ¿Qué están esperando, que la gente colme su paciencia hasta imitar a los venezolanos?