El Pentágono aumentó de 12 a 15 meses el despliegue de cada soldado en Irak y Afganistán, señal de las dificultades que tiene para disponer de suficientes tropas en el terreno y que pone aún más de manifiesto que el Ejército estadounidense no está listo para retirarse.
«A partir de ahora mismo las unidades activas del ejército en la zona del Comando Central (Afganistán e Irak) y aquellas que allí se dirigen se desplegarán por no más de 15 meses y regresarán a sus bases durante un lapso no menor a 12 meses», anunció el miércoles el secretario de Defensa, Robert Gates, en una conferencia de prensa.
Este anuncio es una señal adicional de que el ejército estadounidense no está listo para irse de Irak y de que enfrenta dificultades para suministrar las tropas necesarias a los terrenos de operaciones.
La decisión refiere a los militares del Ejército, pero no a la Infantería de Marina, precisó el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Peter Pace.
Según Gates, esta nueva política «permitirá al Ejército cumplir mejor con sus esfuerzos de guerra, al tiempo que suministrará un calendario de despliegue más previsible para los soldados y para sus familias».
La prolongación de las misiones militares a 15 meses le permite a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos mantener esos refuerzos «probablemente durante al menos un año», dijo el secretario de Defensa. De todos modos, la decisión de mantener un contingente reforzado hasta la primavera boreal de 2008 «está sujeta a las condiciones en el terreno».
«Esta decisión de hoy no indica cuándo terminará ese refuerzo (del tiempo de despliegue)», insistió Pace.
El presidente de la comisión de Asuntos Exteriores del Senado, el demócrata Joseph Biden, criticó la decisión por juzgarla «una advertencia sobre la incapacidad de la política del gobierno (de Bush) en Irak para ser aplicada sin perjudicar a largo plazo al Ejército».
Otros prominentes legisladores demócratas también hicieron oír sus críticas.
«El anuncio de hoy (miércoles) sólo pone de relieve el hecho de que la carga de la guerra en Irak ha recaído sobre nuestros soldados y sus familias», dijo por su parte, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
«El gobierno de (George W.) Bush ha fracasado en crear un plan para equipar y entrenar plenamente a nuestros soldados… extender el período (de servicio) de todo el personal activo del ejército es un precio inaceptable de pagar para nuestros soldados y sus familias», agregó Pelosi.
Por otra parte, el Pentágono anunció el lunes que había ordenado a 13.000 efectivos de la Guardia Nacional alistarse para ser enviados a Irak a partir de diciembre.
«El Departamento de Defensa anunció hoy la puesta en alerta de unidades suplementarias destinadas a reemplazar» a los militares actualmente desplegados en Irak, anunció el Pentágono en un comunicado.
Se trata de cuatro brigadas de combate de la Guardia Nacional. «Estas unidades de reserva no serán desplegadas antes de diciembre de 2007», precisó el texto. Aún no se ha decidido una fecha de despliegue y esta puesta en alerta «no está ligada al actual refuerzo» del contingente militar estadounidense en Irak, añadió.
El presidente George W. Bush anunció en enero una nueva estrategia para Irak, con el envío de más de 30.000 militares de refuerzo para intentar mejorar la seguridad en Bagdad y detener una escalada de violencia confesional.
Actualmente hay unos 145.000 militares estadounidenses en Irak, cifra que debería subir a 160.000 en junio, una vez que llegue la totalidad de los refuerzos.