Más soldados para Afganistán


Tropas. El Gobierno de Gran Bretaña anunciará el próximo lunes un incremento de sus tropas en Afganistán.

Gran Bretaña, que anunció esta semana una reducción de sus fuerzas en Irak, se prepara para anunciar el lunes que incrementará su presencia en Afganistán, con el enví­o de otros mil soldados para combatir a los talibanes, reportó hoy la prensa británica.


Según el diario The Guardian, el ministro británico de Defensa, Des Browne, informará el lunes del enví­o de 1.000 soldados adicionales a Afganistán, en vistas de una anunciada ofensiva de los talibanes que según Washington tendrá lugar la primavera boreal próxima.

La BBC, que reportó también que Browne informará a la Cámara de los Comunes del despliegue de más fuerzas al paí­s asiático, difirió sin embargo de la versión de The Guardian, afirmando que la cifra de 1.000 soldados no ha sido confirmada.

Mientras, la cadena Sky News afirma que Londres desplegará en Afganistán «varios cientos de soldados» adicionales.

El ministerio de Defensa no confirmó las versiones de prensa.

Según el Guardian, el enví­o de tropas adicionales al paí­s asiático fue debatido el jueves en una reunión del gabinete británico, donde se examinó se la situación en Afganistán y los esfuerzos que deben hacerse para respaldar al gobierno en Kabul.

El anuncio de Browne responde a las peticiones de Estados Unidos y la OTAN, que han llamado a los aliados a fortalecer las tropas en Afganistán, para responder al recrudecimiento de los ataques de los insurgentes, agregó.

Desde la invasión en noviembre de 2001, 48 militares británicos han muerto en Afganistán, donde la OTAN mantiene actualmente un contingente de 35.000 soldados, de los cuales 5.000 británicos, destacados en la provincia de Helmand, en el sur.

Esta provincia, donde operan señores de la droga, los talibanes y elementos de la red terrorista Al Qaida, es particularmente peligrosa, no sólo porque era un reducto rebelde sino porque en Helmand se cultiva un 60% de la producción de opio afgano.

Hasta ahora, Londres ha rechazado las peticiones de la OTAN de incrementar sus fuerzas en Afganistán, alegando que eso correspondí­a a Francia y Alemania, que se niegan a enviar más tropas.

Según The Guardian, el enví­o de tropas al paí­s asiático puede costar a los contribuyentes británicos unos 250 millones de libras (casi 500 millones de dólares, 375 millones de euros).

La oposición reaccionó al previsto anuncio sugiriendo que la retirada escalonada de Irak anunciada el miércoles por el primer ministro Tony Blair –que informó del próximo regreso de 1.600 soldados, de los 7.100 destacados en Irak– es la única manera de aumentar la presencia en Afganistán.

«Está claro que nuestro ejército no tiene la suficientes fuerzas para estar presente en dos conflictos», declaró a la BBC Liam Fox, el portavoz de Defensa de los conservadores.

Temen ataque contra Irán

Los responsables gubernamentales británicos temen que el presidente norteamericano George W. Bush ataque Irán antes del término de su mandato, en dos años, informa hoy The Times.

Los responsables temen que el presidente Bush intente «resolver la cuestión iraní­ por medios militares», indica el diario británico, que cita a fuentes gubernamentales que pidieron el anonimato.

Bush «no quiere dejarla sin resolver a su sucesor», agregó una de esas fuentes, según The Times.

El primer ministro británico Tony Blair afirmó ayer que ninguna intervención militar contra Irán estaba actualmente en preparación, en particular en Estados Unidos.

«No se puede prever absolutamente todas las circunstancias que pueden darse, pero al conversar con ustedes aquí­ yo puede decir que Irán no es Irak», indicó el primer ministro.

Según Blair, la ví­a diplomática es la única «sensata» para hallar una solución a la crisis actual sobre el programa nuclear iraní­.

En un informe que podrí­a exponer a Irán a un reforzamiento de las sanciones internacionales, la Agencia Internacional de la Energí­a Atómica (AIEA) afirmó el jueves que Teherán no ha acatado el pedido del Consejo de Seguridad de la ONU de suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio.