La Casa Blanca insistió ayer en defender el plan del presidente George W. Bush de enviar más soldados estadounidenses a Irak, pese a la fuerte oposición en el Congreso y a una masiva marcha de protesta frente al Capitolio.
El vicepresidente Dick Cheney dijo que Estados Unidos debe quedarse y luchar contra la creciente violencia en Irak, pese a una marcha de protesta contra la guerra que reunió el sábado a decenas de miles de personas frente a la sede del Congreso estadounidense en Washington.
«Creo que la gente está intentando juzgar si este plan va a funcionar o no con demasiada anticipación», dijo en una entrevista publicada por el semanario Newsweek. «Y creo que para ser justos con los iraquíes, éstos merecen que se les dé una oportunidad para cumplir sus compromisos».
Cheney advirtió que el retiro de tropas que proponen los demócratas dejaría a Irak en el caos y restaría hegemonía a Estados Unidos.
«De pronto, Estados Unidos, que es el baluarte de la seguridad en esa región del mundo, ya no lo sería, y nuestros amigos y aliados que se han implicado tanto en esta lucha ya no podrían contar con nosotros», agregó.
Por su parte, el senador demócrata Charles Schumer predijo que un gran número de legisladores del Partido Republicano de Bush –posiblemente «incluso una mayoría»– que apoyarían una resolución que condena al propuesto despliegue suplementario de soldados.
«Y eso enviará ondas de choque a la Casa Blanca y al país», dijo Schumer a la cadena NBC.
La senadora demócrata Hillary Clinton, favorita para las elecciones de 2008, dijo ayer que sería irresponsable que Bush deje a los soldados en Irak después de que expire su mandato en dos años.
«El presidente ha dicho que esto va a dejarlo a su sucesor», dijo en un atiborrado auditorio en Iowa (centro-norte), donde cumplía una gira política.
«Pienso que esto es el máximo de la irresponsabilidad y me molesta», agregó.
El Congreso votará a inicios de febrero un proyecto de ley no vinculante que condena la guerra en Irak, donde la violencia dejó ayer a por lo menos 61 muertos.
Bush ha pedido al escéptico pueblo estadounidense una oportunidad para su nueva estrategia y el líder de la minoría en el senado, Mitch McConnell, dijo a la cadena CBS que los senadores republicanos «no hablarán de un fracaso» en Irak.
«Hablaremos de éxito» porque una cosa que mucha gente ha olvidado es que haber reaccionado tras los atentados del 11 de Setiembre ha sido un enorme éxito, declaró. «Â¿Quién hubiera pensado que tras cinco años no seríamos atacados de nuevo aquí en casa?», se preguntó.
«Pero no queremos permitir que en estos lugares elementos como Al-Qaeda puedan operar con impunidad y luego estar preparados para lanzar ataques contra nosotros, aquí, en Estados Unidos», añadió.
El senador independiente Joe Lieberman dijo ayer estar trabajando con el senador republicano John McCain en un proyecto para reducir las divisiones.
«Maximizar las posibilidades de éxito en Irak es algo decisivo para todo el mundo porque Estados Unidos se juega mucho allí. Todos mis colegas están de acuerdo con eso», dijo a la televisión Fox.
Pero el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata y posible candidato presidencial Joe Biden, criticó el manejo que el gobierno hace de la guerra en Irak.
«No son los estadounidenses ni el Congreso de Estados Unidos quienes están incitando al enemigo», dijo el senador.
«Es la fallida política de este Presidente, ir a la guerra sin una estrategia, ir a la guerra prematuramente, ir a la guerra sin suficientes tropas, ir a la guerra sin suficiente equipo, y finalmente, ahora enviar 17.500 personas a una ciudad de seis millones 500 mil habitantes con dianas en la espalda y sin un plan», añadió.
El sábado, decenas de miles de manifestantes, entre ellos la actriz Jane Fonda, famosa por su oposición a la guerra de Vietnam, tomaron las calles de Washington para denunciar el plan de Bush de enviar 21.500 soldados más a Irak.
La muchedumbre se dirigió al Capitolio coreando lemas como «traigan las tropas de vuelta a casa ahora».