La condena del Vaticano a la obra del jesuita salvadoreño Jon Sobrino, no hará sino reanimar la discusión en torno a la teología de la liberación que sigue viva en el mundo, aseguró ayer el brasileño Leonardo Boff, uno de los máximos exponentes de ese movimiento.
Jon Sobrino «es uno de los teólogos más serios, más evangélicos, diría que es uno de los teólogos personalmente más santos que tenemos. Por eso, la condena en su contra tiene una gravedad especial», dijo Boff, quien se encuentra en San José para dar la clase inaugural del curso lectivo en la estatal Universidad de Costa Rica.
El Vaticano condenó ayer la obra del teólogo salvadoreño de origen español, que junto a Boff es considerado uno de los padres de la teología de la liberación, argumentando que «sus proposiciones no están en conformidad con la doctrina de la Iglesia».
«Creo que una condena así defrauda mucho a los pobres, porque Jon Sobrino fue siempre un aliado de los pobres. Y la Iglesia puede decepcionar a los ricos, pero no puede traicionar a los pobres», dijo Boff.
Aseveró que «es malo para la Iglesia que condene a personas del talante espiritual de Jon Sobrino» y agregó que «solamente una iglesia carnal, que poco entiende del espíritu, puede condenar una teología de tanto talante espiritual».
Boff recordó que Sobrino fue el más cercano consejero del arzobispo mártir de San Salvador, Oscar Arnulfo Romero, asesinado por los ultraderechistas escuadrones de la muerte el 24 de marzo de 1980.
Es también el único superviviente de la matanza perpetrada por agentes del estado salvadoreño, el 16 de noviembre de 1989, en la que murieron seis de sus compañeros jesuítas, así como dos personas más, entre ellas una menor.
«Yo diría que es un superviviente porque toda su comunidad fue fusilada en El Salvador y él, porque no estaba en su casa, se salvó de ese crimen», dijo Boff.
El teólogo brasileño aseguró que la Teología de la Liberación sigue viva en América Latina, Asia y Africa, aunque la polémica en torno a sus postulados haya bajado en los últimos tiempos.
«Los teólogos de la liberación han seguido trabajando porque los pobres están ahí, su número está creciendo, ya no gritan sino claman en todo el mundo», aseveró.
La condena a la obra de Sobrino, dijo Boff, «puede alentar los ánimos de aquellos cristianos que se han comprometido por la justicia y la salvaguardia de lo creado», porque «muestra cuán alienada es la posición del Vaticano de cara a las necesidades pastorales de los más condenados de la tierra».
La decisión del Vaticano ocurre a pocos meses de la primera visita del papa Benedicto XVI a América Latina para inaugurar la asamblea general de la Conferencia Episcopal Latinoamericana, que sesionará en Brasil del 13 al 30 de mayo.
El Papa Benedicto XVI recibió fuertes críticas de grupos de homosexuales y feministas de Costa Rica, así como defensores de la Teología de la Liberación, por las directrices que dio el pasado martes, en las que ratificó su oposición a la comunión de divorciados, gays y lesbianas.
«Lamento las proclamaciones de este estilo porque demuestran la supervivencia de un modelo de iglesia que todavía no ha incorporado el espíritu democrático», declaró el filósofo y teólogo brasileño Leonardo Boff, promotor de la Teología de la Liberación, quien se encuentra en Costa Rica.
El presidente del Movimiento Diversidad, que integra grupos de gays y lesbianas, Abelardo Araya, dijo que la Iglesia Católica «se distancia cada vez más de la esencia de su mensaje», a través de posiciones que consideró excluyentes.
«La Iglesia tiene graves problemas de comunicación con la sociedad y su reacción ha sido aferrarse a criterios de conducta moral del pasado. Cree que eso es lo que va a darle vigencia en el mundo moderno», declaró por su parte el ex sacerdote y político Javier Solís.
Solís dijo que «no me imagino a Dios señalándolos (a los homosexuales) con el dedo».
Entretanto, la diputada del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Ana Elena Chacón, manifestó que respeta las posiciones del Papa, pero que no comparte su criterio, pues ella está en favor de la unión entre personas del mismo sexo.