Anoche el Presidente de los Estados Unidos llamó al pueblo de ese país para respaldar su plan que consiste en inyectar 700 mil millones de dólares, algo así como el presupuesto de Guatemala para más de un siglo, a fin de evitar la recesión causada por las tonterías de su gobierno al eliminar las regulaciones a las grandes corporaciones, lo que les permitió hacer micos y pericos y ahora pide al contribuyente, al que paga impuestos, que salga al rescate de las malas decisiones financieras de los inversionistas.
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Paralelamente, y queriéndose pasar de vivo, McCain pidió suspender la campaña electoral y el debate previsto para el viernes, con la idea de que es momento de que se centre la atención en la crisis y no en la política partidista, como si el futuro de la crisis no tuviera que ver con la decisión que, al fin de cuentas, no es si él u Obama quedan de presidente, sino si continúa la política de favorecer a las grandes corporaciones o si, por el contrario, se instaura una que incluya regulaciones.
El mismo McCain dijo el lunes que el plan de Bush era una tontería porque no se podía salir de una crisis causada por la desregulación, dando setecientos mil millones para que se gasten sin control ni regulación. Pero rápidamente fue llamado al orden por sus financistas y por eso ahora está urgiendo a que se apruebe la erogación porque considera que, según sus palabras, lo peor es no hacer nada, como si hacer algo que es inconveniente no fuera más nocivo para la crisis.
No se puede sustraer la crisis al tema electoral porque la elección no es si queda uno u otro candidato. En otras palabras, no es simplemente sobre McCain y Obama el debate, sino sobre lo que ambos pueden significar para el futuro de la economía que en este caso es mundial por el efecto global de la crisis. Decir que no es momento para el partidismo electoral es absurdo porque el Gobierno y los republicanos han sido causantes del problema y por lo tanto debe abordarse en esa dimensión. Lo otro, lo que está queriendo hacer el candidato republicano es zafar bulto y evadir la responsabilidad de debatir sobre el fondo de la cuestión.
Afortunadamente los organizadores del debate y el candidato demócrata han dicho que no hay marcha atrás y que todo está listo para el viernes, lo que significa que con o sin McCain se debatirá la cuestión económica como estaba previsto. Y eso dará la oportunidad para ver las diferencias conceptuales entre quienes pregonan que darle todas las facilidades a las grandes empresas y corporaciones provoca desarrollo y crecimiento económico de beneficio para todos, versus aquellos que saben que en esas condiciones hay abusos naturales que no se pueden frenar.
La exposición de anoche de Bush fue patética y un adelanto de lo que se viene con la gran recesión que parece incontenible. Porque aun si se meten millones al costal, mientras no le hagan fondo al mismo, será pisto tirado a la basura para que se lo roben los ejecutivos que todavía están luchando por salir del hoyo en que metieron a sus empresas. Todo lo demás que se diga son puras babosadas para entretener la nigua hasta el 4 de noviembre, cuando los católicos dejen de orar contra el aborto.