Más motines en paí­ses hambrientos


Imagen de los disturbios en Haití­.

Los paí­ses ricos han multiplicado en los últimos dí­as sus llamados a ayudar a los más pobres a afrontar el alza de los precios de los alimentos, mientras la ola de protestas contra el hambre se generaliza en Haití­, donde ha provocado 5 muertos y unos 60 heridos.


El primer ministro británico, Gordon Brown, escribió a su homólogo japonés, Yasuo Fukuda, para pedirle que durante la próxima cumbre de los ocho paí­ses más industrializados (G8) que acogerá su paí­s en julio se examine el impacto de los biocombustibles en el precio de los alimentos.

«El aumento del precio de los alimentos amenaza con anular los avances en desarrollo logrados en los últimos años. Por primera vez desde hace décadas, el número de personas que padece hambre aumenta», escribió Brown en la carta.

Francia está muy «preocupada» por los motines en Haití­ y otros paí­ses, declaró el jueves la secretaria de Estado para los Derechos Humanos Rama Yade, que llamó a los paí­ses donantes a «responder con urgencia» al pedido de 500 millones de dólares hecho por el Programa Alimentario Mundial (PAM).

«Nosotros los franceses tenemos una gran preocupación respecto a esos motines del hambre. Hay que poner la globalización en su lugar», declaró Rama Yade.

En Haití­, el presidente René Preval llamó a la calma después de que el paí­s fuera escenario, el miércoles, de nuevos disturbios, provocados por una súbita alza de los precios de los productos de primera necesidad.

Desde que comenzó la crisis en Haití­, hace una semana, al menos cinco personas han muerto y unas 60 han resultado heridas, según un balance oficioso.

A principios de abril, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, habí­a propuesto un «nuevo contrato» alimentario a nivel mundial para hacer frente a la inflación de los precios de los productos agrí­colas.

«Este nuevo contrato apunta a afrontar tanto las emergencias alimentarias como el necesario desarrollo a largo plazo de la agricultura», destacó Zoellick en una entrevista publicada el jueves por el cotidiano francés Le Monde.

En los últimos meses, varios paí­ses africanos han sido también escenario de motines motivados por el hambre, como Mauritania, Camerún, Costa de Marfil, Burkina-Faso y Senegal.

«Se perfila una crisis alimentaria mundial, menos visible que la crisis petrolera, pero con el efecto potencial de un verdadero maremoto económico y humanitario en Africa», advirtió el martes el comisario europeo para el Desarrollo, Louis Michel.

Los dirigentes están sometidos a la presión del incremento del precio del arroz en Asia y a la multiplicación de las huelgas para obtener aumentos salariales frente al alza del costo de la vida.

El importante crecimiento de economí­as emergentes como China, India o Brasil se suma a las malas condiciones meteorológicas en paí­ses productores como Australia, así­ como a la especulación financiera y la demanda de cereales para la producción de biocombustibles.

«El Fondo Monetario Internacional destacó que en un año hubo un alza del 40% en los precios de los alimentos, con consecuencias desastrosas. En un momento en que los paí­ses pobres necesitan desesperadamente a los paí­ses ricos, los presupuestos para la ayuda al desarrollo son reducidos», denunció por su parte la organización humanitaria OXFAM internacional.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que reúne a los paí­ses ricos, anunció la semana pasada un recorte de la contribución financiera de sus miembros a los paí­ses en desarrollo de un 8,4% en 2007, un descenso registrado por segundo año consecutivo.