Los cuerpos de más de 90 personas asesinadas fueron descubiertos el jueves en Irak, mientras el presidente estadounidense, George W. Bush, reafirmó su confianza en el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, tras una reunión en Ammán.
El Ejército estadounidense anunció el descubrimiento de 28 cadáveres en una fosa común cerca de Baaquba (60 km al norte de Bagdad), donde la violencia confesional prosigue su marcha incesante.
En Bagdad y sus alrededores, se descubrieron otros 67 cadáveres en estas últimas 24 horas, según una fuente de seguridad iraquí.
Los secuestros, seguidos de ejecuciones sumarias, se han convertido en moneda corriente en Irak, donde más de 13 mil civiles fueron asesinados en cuatro meses, según las Naciones Unidas.
La violencia confesional entre iraquíes ha superado incluso los enfrentamientos entre insurgentes y las fuerzas de seguridad iraquíes y estadounidenses, aunque la Casa Blanca y Bagdad se niegan a admitir que exista una guerra civil en el país.
En Ammán, Bush y Maliki se reunieron durante dos horas para trazar una estrategia de lucha contra la violencia.
El presidente estadounidense reafirmó su confianza en el primer ministro al declarar en su presencia y frente a periodistas que es «el hombre adecuado para Irak», al día siguiente de la publicación de una nota confidencial de la Casa Blanca que pone en duda su capacidad para enfrentar la situación.
Bush dijo desear que las tropas estadounidenses se retiren del país «lo más pronto posible», aunque aseguró que se quedarán en Irak «hasta que la misión sea culminada» si el gobierno iraquí así lo solicita.
Unos 150 mil militares estadounidenses están desplegados en Irak. Refuerzos desplegados en el norte del país deben ser enviados a Bagdad próximamente para intentar apaciguar la violencia confesional en la capital, dijeron militares estadounidenses que pidieron el anonimato.
Por su parte, Maliki minimizó la influencia iraní en Irak. «No permitiremos a nadie imponer su influencia en ninguna parte de Irak (…) Si queremos hablar de injerencia, en efecto ésta existe, pero decir que hay un control es exagerado y es falso», aseguró.
Esta reunión con Bush deja al primer ministro en una situación extremadamente delicada, ya que la cita fue considerada como una «provocación» por el clérigo radical chiíta Moqtada al Sadr, que decidió suspender en consecuencia su apoyo al gobierno.
«Deseamos formar una coalición nacional de diputados opuestos a la ocupación. Iniciamos el diálogo con miembros de otros partidos políticos, cuyas posiciones son cercanas a las nuestras», declaró a la AFP el diputado Salih al Agaili, cercano a Sadr, sin precisar la identidad de estas personas.
Moqtada al Sadr, un resuelto adversario de la ocupación estadounidense de Irak, controla cinco ministerios y cuenta con 30 diputados en el Parlamento iraquí. Dirige también el Ejército de Mahdi, la mayor milicia iraquí, acusada regularmente de abusos contra la comunidad sunita y de ataques contra fuerzas de la coalición.
Seis civiles fueron asesinados por hombres armados en diferentes ataques en la región de Baaquba.
Un jerarca del Waqf sunita (asociación a cargo de los bienes religiosos) también fue asesinado junto a seis de sus guardaespaldas en Basora, la segunda ciudad del país, en el sur chiíta, mientras un ex oficial de los servicios de seguridad del antiguo régimen fue muerto al sur de Kut, 175 km al sur de Bagdad.
Un soldado estadounidense fue asesinado el miércoles en Bagdad, elevando a 2.881 la cifra de militares estadounidenses y personal asimilado muertos en Irak desde el comienzo de la invasión en marzo de 2003, según el Pentágono.