Más de 300 muertos por tsunami


Autoridades estatales visitan el área en riesgo de Indonesia. FOTO LA HORA: AFP VICE PRESIDENT OFFICE

Indonesia se movilizó hoy para socorrer a las ví­ctimas de dos violentas catástrofes naturales, un tsunami y la erupción de su volcán más activo, que causaron 300 muertos y varios centenares de desaparecidos.


Al menos 272 personas murieron y 412 están desaparecidas después del fuerte sismo que desencadenó un tsunami al oeste de Indonesia, declaró un funcionario gubernamental hoy.

«Hemos descubierto 272 cuerpos. Al menos 412 personas siguen desaparecidas», indicó un responsable de los servicios de socorro de la provincia de Sumatra Oeste, Ade Edwards.

Sin relación con ese terremoto que se produjo a cerca de 2.000 km de distancia, el volcán Merapi, el más activo del paí­s, mató a 29 personas al entrar en erupción el martes por la noche, expulsando nubes de humo tóxico y cenizas.

Las operaciones de socorro en las islas del océano índico son difí­ciles en razón de su aislamiento, difí­ciles de acceso y privadas de comunicaciones.

Varios poblados, en particular en la isla de Pagai del Sur, fueron arrasados por olas de tres metros de alto que penetraron hasta 600 metros al interior de las tierras.

El presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono viajó a Padang, el puerto más cercano a Sumatra, para supervisar las operaciones de socorro.

El presidente acortó su visita a Vietnam, donde debí­a participar en la cumbre de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), para supervisar las operaciones de socorro, cuya organización es muy compleja en las islas del océano índico golpeadas el lunes por un sismo de magnitud 7,7 seguido de un tsunami.

Olas de tres metros que, según un testigo, formaron «un muro de agua con espuma blanquecina», devastaron completamente aldeas costeras del archipiélago de las Mentawai, frente a las costas occidentales de la isla de Sumatra.

Borinte, un campesino de 32 años, está desolado por no haber podido salvar a su esposa y sus tres hijos. «Cuando vimos llegar la ola, intentamos correr pero era más rápida que nosotros y nos engulló». Sólo él logró sobrevivir agarrándose a una tabla.

El tsunami asestó un golpe duro al turismo balbuceante de las Mentawai, unas islas de vegetación exuberante cuyas olas conquistaron a los surfistas. Pero no hay turistas extranjeros entre los muertos.

Los expertos habí­an advertido del alto riesgo de un sismo en este archipiélago situado en una zona de subducción entre las placas tectónicas indoaustraliana y eurasiática.

Los desgarramientos de esta falla ya fueron los causantes del tsunami catastrófico del 26 de diciembre de 2004, que se saldó con más de 220.000 ví­ctimas mortales en el océano índico.

A unos 2.000 kilómetros al este, en el centro de la isla de Java, la alerta se mantení­a elevada en las inmediaciones del volcán Merapi, «la montaña de fuego» que entró en erupción diez veces el martes.

Las nubes de ceniza y los nubarrones de gases que se elevan a 1,5 km de alto mataron «a por lo menos 29 personas», según Banu Hermawan, portavoz del hospital Sardjito de Yogyakarta, la gran ciudad situada a 25 km del cráter.

Entre las ví­ctimas figura el hombre que personificaba el volcán, Mbah Marijan, «el guardián espiritual» del Merapi, considerado una montaña sagrada por los javaneses.

La actividad del Merapi habí­a «bajado considerablemente» a media jornada, señaló Surono, encargado de la vigilancia de los volcanes de Indonesia. «Pero la amenaza perdura. Harán falta varios dí­as antes de poder pronunciarse», agregó.

Más de 29.000 personas se refugiaron en diferentes centros de acogida y se han cerrado algunos accesos a los faldones del volcán, constató un periodista de la AFP.