Más de 140 inmigrantes ilegales, entre ellos al menos 90 africanos, murieron o desaparecieron en los últimos días, al intentar llegar a Europa a bordo de frágiles embarcaciones que no pudieron superar el oleaje del Mediterráneo y el Atlántico.
Dos de los naufragios ocurrieron respectivamente ante las costas turcas y marroquíes durante el fin de semana. Otro dramático intento se produjo a bordo de un cayuco, que zarpó de Senegal y acabó con la muerte de 40 pasajeros, sin agua ni víveres.
Esos dramas de la migración se produjeron tras una cumbre de la Unión Europea (UE) y ífrica en Lisboa, durante el fin de semana, en la que los más de 70 participantes se comprometieron a «gestionar mejor los flujos migratorios».
El primer naufragio de clandestinos se produjo frente a las costas occidentales de Turquía, informaron fuentes oficiales.
Según las autoridades turcas, una embarcación sobrecargada naufragó en la noche del sábado al domingo, poco después de haber zarpado rumbo a la isla griega de Khios.
«Encontramos 51 personas, entre ellas dos mujeres», declaró Orhan Sefik Guldibi, subprefecto de Seferihisar, cerca de la ciudad turca de Ismirna.
Las autoridades calculan que bordo de la embarcación había unas 85 personas.
Sólo seis personas, entre ellas dos palestinos, sobrevivieron al accidente, aunque debieron ser hospitalizados en estado grave, dijo Gubildi.
«Tenemos todavía la esperanza de encontrar supervivientes, pero cada hora que pasa trabajamos con más desventaja», indicó el subprefecto.
Por el momento se desconoce la nacionalidad de los otros pasajeros del barco.
En el Sáhara occidental, las autoridades de Dakhla (sur) anunciaron por su lado que más de cincuenta subsaharianos que intentaban llegar a las Islas Canarias (suroeste de España) desaparecieron tras el naufragio de su embarcación a causa del mal tiempo.
Alertada por un barco de pesca marroquí, la marina real marroquí consiguió socorrer a seis pasajeros, que estaban siendo interrogados por la tarde. No pudo obtenerse ninguna información sobre la nacionalidad de los naufragados.
Más al sur, la policía de Senegal anunció el lunes la muerte en los últimos días de unos 40 africanos que viajaban a bordo de un cayuco con 130 clandestinos que intentaban alcanzar las costas canarias.
La embarcación, que partió de Casamancia (sur de Senegal), naufragó por causas indeterminadas el sábado, tras 12 días en alta mar, al norte de Dakar, con 90 personas a bordo.
De ese total, 70 personas pudieron huir antes de la llegada de las fuerzas de seguridad y otras 20, en mala condición física, fueron admitidos en varios centros sanitarios de Dakar, según la policía.
Los demás pasajeros «murieron en el mar (de sed y hambre) y fueron lanzados por la borda», afirmó el coronel Aliun Ndiaye, portavoz de la policía, que citó testimonios de supervivientes.
Según los supervivientes, el cayuco -embarcaciones de fibra de vidrio- llevaba a bordo principalmente senegaleses y gambianos.
Senegal es uno de los principales puntos de paso africanos para los migrantes clandestinos rumbo a Europa, y con el Sáhara occidental y Mauritania, un importante punto de partida, sobre todo desde que se endureció el dispositivo de seguridad europeo frente a las costas del norte de Marruecos.
Turquía por su parte está en un cruce de vías de inmigración clandestina de Asia hacia Europa.
Los clandestinos tratan ante todo de pasar por vía terrestre a Grecia, o en embarcaciones precarias hasta las numerosas islas griegas o las costas de Italia.
Los servicios de rescate turcos recuperaron los cuerpos de 51 personas que murieron ahogadas tras el naufragio de un barco en el que, se piensa, viajaban unos 85 presuntos inmigrantes frente a las costas occidentales de Turquía, indicó el subprefecto de Seferihisar hoy.
«Encontramos 51 personas, entre ellas dos mujeres», declaró Orhan Sefik Guldibi, subprefecto de Seferihisar, cerca de la ciudad turca de Ismirna.
Sólo seis personas, entre ellas dos palestinos, sobrevivieron al accidente, aunque fueron hospitalizados por la conmoción, dijo Gubildi.
El naufragio ocurrió durante el fin de semana en aguas del Mar Egeo, según la misma fuente.
«Tenemos todavía la esperanza de encontrar supervivientes, pero cada hora que pasa trabajamos con más desventaja», indicó a la AFP el subprefecto.
Por el momento se desconoce la nacionalidad de los otros pasajeros del barco, de 15 metros, que iba sobrecargado, aunque Guldibi explicó que se calculaba que la mayoría eran palestinos, somalíes e iraquíes.
El barco habría naufragado a causa de las malas condiciones climáticas.
Las autoridades turcas fueron alertadas del incidente a última hora del domingo, cuando algunos de los supervivientes consiguieron nadar hasta la orilla y habitantes locales informaron que habían oído gritos pidiendo ayuda desde el mar.
Se piensa que la embarcación buscaba arribar a la isla griega de Quíos, al noroeste de Seferihisar.
«Un helicóptero y barcos de guardacostas efectúan todavía búsquedas pero las condiciones meteorológicas no son buenas», dijo el subprefecto a la emisora NTV.
La cadena televisiva mostró imágenes de al menos 15 cuerpos ya en la orilla, dentro de bolsas negras.
Turquía está en un cruce de vías de inmigración clandestina de Asia hacia Europa.
Los clandestinos tratan ante todo de pasar por vía terrestre a Grecia, o en embarcaciones precarias hasta las numerosas islas griegas o las costas de Italia.
Las detenciones son diarias, y bajo presión de la Unión Europea (UE) y Naciones Unidas, las autoridades de Ankara endurecieron las condenas para los traficantes de seres humanos en 2005.
Como parte del refuerzo de efectivos, la guardia costera turca ha modernizado su flota, incluidos los medios aéreos, y aumentado su personal.