En las próximas semanas las gasolineras del país podrían rebasar la frontera de los treinta quetzales por galón de combustible.
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Los precios del combustible se han disparado en los últimos tres meses, evidenciado escaladas similares a las suscitadas a mediados del año 2006. Según los expertos, el fenómeno va marcando la pauta que regirá en la economía mundial al valioso recurso energético en los años venideros.
Los gobiernos deben salir a buscar el carburante en los mercados internacionales, sometiéndose a los caprichosos modelos seguidos por la oferta y la demanda dentro del comercio que rige el oro negro, el cual se agota y encarece de forma cotidiana.
La imposibilidad del Estado
En Guatemala el Ministerio de Energía y Minas (MEM) conjuntamente con el de Economía (MINECO) aseguran cada vez poder hacer menos en la regulación de los precios de las gasolinas, los cuales se rigen por patrones ajenos y externos, inalcanzables para estas dependencias gubernamentales.
En el territorio nacional se encuentran proyectos de explotación petrolera, principalmente en el departamento del Petén y en la Franja Transversal del Norte. De acuerdo con las estimaciones del jefe del departamento de hidrocarburos del MEM, José Silva Guillén, diariamente se explotan del suelo guatemalteco de 15 a 16 mil barriles de petróleo por día.
El manejo de este recurso se encuentra bajo la administración de empresas internacionales que exportan el crudo nacional a refinerías ubicadas en los Estados Unidos.
El crudo guatemalteco tiene la particularidad de presentar altos contenidos de azufre, lo cual causa que muchas refinerías no sean aptas para tratarlo. De acuerdo con Silva, nuestro oro negro es perfecto para asfaltos, gasóleo de petróleo (diesel pesado) pero no para gasolinas.
El experto estima que aun con la cantidad de crudo explotado del país, este no alcanzaría para surtir los 75 a 80 barriles de combustibles que se consumen todos los días en las actividades industriales y particulares.
Una espiral inflacionaria
Según el viceministro de economía, Sigfrido Lee, el comportamiento de los precios afecta tanto de forma directa como indirecta a la población guatemalteca, refiriendo que el consumo de la gasolina daña a una buena parte de la producción nacional de energía eléctrica, ya que todavía dependemos de combustibles fósiles.
Lee estima que esta tendencia encarece además el costo de operación de transportistas y otros bienes en general, alcanzando el bolsillo de toda la población. Esta opinión es compartida por la presidenta del Banco de Guatemala (BANGUAT), María Antonieta Del Cid de Bonilla, quien estima que el alza de combustible podría incrementar el nivel de inflación.
Las nuevas alternativas
Las características que rodean el mercado del petróleo han causado el desarrollo de tecnologías alternativas, como en el caso de Brasil, que se encuentra a la vanguardia en la producción de biodiésel.
El jefe de hidrocarburos del MEM asegura que debemos iniciar la creación de alternativas, como las que otras naciones se encuentran evaluando, fortalecer nuestra red hidroeléctrica, enriquecer con energía eólica.
Ahora más que nunca, los científicos estiman que el ser humano debe cambiar sus hábitos de vida, desarrollando una mayor cultura ambiental, la cual ejerza una presión sobre los gobiernos a tomarse en serio la búsqueda de energías que no riñan con el ambiente.
Guatemala se encuentra muy atrasado en la búsqueda de estas alternativas y la dependencia que se ha creado del petróleo es uno de los cambios que deben impulsarse con la mayor seriedad posible, aconsejan los personeros.
Mientras tanto el conglomerado guatemalteco tendrá que seguir pagando los altos costos de las gasolinas.
El viceministro de Economía, Sigfrido Lee, aseguró que el comportamiento de los precios de los combustibles afecta tanto de forma directa como indirecta, pues el consumo en sí mismo de la gasolina daña a una buena parte de la producción nacional de energía eléctrica, ya que todavía dependemos de combustibles fósiles.
Lee agregó que en la medida que afecta a los transportistas, agravia otros bienes en general, dañando el bolsillo de toda la población. Añadió que este problema afecta a los guatemaltecos, porque somos altamente dependientes de los combustibles, por lo tanto tenemos que pagar los precios que se manejen.
«En nuestro país hemos empleado medidas de corto plazo, y consisten en promover modos de ahorrar energía con bombillas más eficaces y la utilización de energías renovables, como las hidroeléctricas», agregó el viceministro.
Lee mencionó, además, que también están promoviendo medidas a largo plazo, como el utilizar biocombustibles, entre ellos el etanol y el biodiésel, por lo que se hacen estudios para generar políticas que permitan implementar su utilización, para no ser tan dependiente.
Esto, según el viceministro, implica grandes inversiones y transformaciones en el sector agrícola.