Más centrifugadoras


Rechazo. Estudiantes iraní­es han realizado protestas para rechazar la postura del Consejo de Seguridad sobre el programa nuclear.

Irán se declaró decidido hoy a instalar hasta 50 mil centrifugadoras de enriquecimiento de uranio en su planta nuclear de Natanz, al dí­a siguiente del anuncio de que habí­a empezado a enriquecer uranio a «escala industrial».


Pero las declaraciones de las autoridades iraní­es plantean más preguntas que respuestas sobre el real estado de progreso del programa nuclear, según diplomáticos destacados en el paí­s.

«El objetivo de la República Islámica no es sólo la instalación de 3mil centrifugadoras en la planta de enriquecimiento de Nataz. Nosotros hemos planificado todo para instalar 50 mil centrifugadoras», afirmó Gholam Reza Aghazadeh, el presidente de la Organización de Energí­a Atómica de Irán (OIEA).

Aghazadeh y el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, habí­an anunciado el lunes que pasaban a un «enriquecimiento industrial» del uranio, pero sin precisar el número de centrifugadoras instaladas. Otro alto funcionario, Ali Larijani, habí­a sugerido que se trataba de 3mil.

Un diplomático destacado en Teherán señaló «cierta confusión en el aspecto técnico de estos anuncios».

El enriquecimiento industrial implica la utilización de decenas de miles de centrifugadoras, que funcionen en forma continua y sin incidentes.

Irán anunció hace un año que a fines de marzo de 2007 instalarí­a 3mil centrifugadoras en Natanz, antes de postergar el plazo hasta mayo.

Sin embargo, la Agencia Internacional de Energí­a Atómica (AIEA), dos de cuyos inspectores llegaron el martes a Irán para una visita de rutina a Natanz, indicó que en febrero sólo se habí­an instalado unas 600 centrifugadoras.

Por otra parte, un diplomático en la sede de la AIEA en Viena hablaba a fines de marzo de seis cascadas de centrifugadoras (poco menos de mil máquinas).

A partir de estas informaciones, un diplomático occidental en Teherán afirmó que la cifra de 3mil centrifugadoras «no es nada verosí­mil».

El adjunto de Aghazadeh, Mohamad Saidi, habí­a afirmado el lunes que Irán no suministrarí­a ninguna cifra al respecto.

En una sutil distinción, Saidi se cuidó de hablar de «enriquecimiento industrial», refiriéndose únicamente al «paso a la industrialización del enriquecimiento», y precisando que semejante pasaje no implicaba automáticamente una operación con 3mil centrifugadoras.

Según el primer diplomático, el anuncio de Ahmadinejad puede significar que «Irán anunció su capacidad de pasar a la etapa industrial, en lugar del paso efectivo a la misma».

La cuestión de la cantidad es crucial, ya que una instalación de 3mil centrifugadoras permite teóricamente obtener, en un plazo de seis a doce meses, una cantidad suficiente de uranio altamente enriquecido para una bomba nuclear.

Estados Unidos afirmó que «está muy preocupado» y llamó a someter a Irán a «una presión creciente».

Por su parte, Gran Bretaña consideró que se trata «de una nueva violación de las resoluciones de la AIEA y de las Naciones Unidas».

El Consejo de Seguridad de la ONU ya exigió la suspensión del enriquecimiento, y sometió a Irán a sanciones.

En su última resolución, el Consejo de Seguridad dio 60 dí­as, o sea hasta el 23 de mayo, a Irán para que obedezca a sus exigencias. En caso contrario, adoptará «nuevas medidas apropiadas» contra la República Islámica.

Pero el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Manuchehr Mottaki, reiteró el martes que «la suspensión del enriquecimiento no es aceptable ni como condición previa a negociaciones (con las grandes potencias) ni como resultado de las mismas».

Mottaki conminó a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia) y a Alemania a «aceptar la nueva realidad» del programa nuclear iraní­.

Minimiza alcance

Rusia «no tiene informaciones sobre progresos tecnológicos» en las actividades iraní­es de enriquecimiento de uranio, indicó hoy la cancillerí­a rusa, un dí­a después de que Irán anunciara que entraba en la etapa industrial del enriquecimiento de uranio.

«Nosotros no tenemos conocimiento de ningún progreso tecnológico en el programa nuclear iraní­ estos últimos tiempos que pueda modificar el carácter de los trabajos realizados en ese paí­s en materia de enriquecimiento», declaró el ministerio ruso de Relaciones Exteriores en un comunicado.