Más allá de la libertad de prensa


Oscar-Marroquin-2014

Mañana se conmemora en el mundo el Día Mundial de la Libertad de Prensa y distintas organizaciones publican informes sobre la situación de esa libertad en el mundo. Sin embargo, creo yo que lo más importante es el tema de la libertad de expresión de todos los ciudadanos y no únicamente de la prensa, así como el derecho de los pueblos a estar informados porque, mal que bien, la prensa es un negocio que está en manos de empresarios particulares que en muchos casos anteponen sus intereses comerciales a los de la comunidad y por lo tanto no necesariamente se trata de un servicio público.

Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt


Yo pienso que la libertad de prensa demanda una enorme responsabilidad que tiene mucho que ver con el derecho, más universal, a la libre expresión y el que tienen todos los ciudadanos del mundo a estar informados de manera veraz y objetiva. Por supuesto que los grupos de poder, y no únicamente los gobiernos, pretenden mantener ciertos controles sobre los flujos de información y eso pasa en todos lados. Estados Unidos, el país considerado como paladín de la libertad, está recibiendo serias reprimendas en todos los informes que se han publicado por la política del Gobierno respecto a las filtraciones de Snowden acerca de la manera en que se espía a los norteamericanos y a los habitantes de otros países, en forma no sólo masiva sino abusiva. El gobierno de Obama siguió la pauta trazada desde tiempos de Bush en cuanto a considerar antipatriótica cualquier publicación que afectara al Gobierno, aunque se persiga defender derechos fundamentales de los ciudadanos de Estados Unidos.

Y creo que más que un privilegio la libertad de prensa es una gravísima responsabilidad porque no es fácil adecuar los intereses empresariales con la protección del derecho a la libre expresión y el derecho del pueblo a recibir información. Es, desde luego, un tema de ética y ya sabemos que sobre ese aspecto se pueden armar las más variadas y profundas discusiones. Toda empresa comercial, y los medios de prensa independientes lo son, tienen que subsistir económicamente y en muchas oportunidades ello plantea conflictos con el deber de informar porque hay grupos de poder que quisieran que las noticias se manejaran de alguna manera en particular o que ciertos hechos fueran simplemente ignorados para evitar daños a la imagen de una sociedad o de algunos de sus miembros.

Es por ello que siempre he pensado que entidades gremiales de los dueños de los periódicos del continente, para citar un ejemplo concreto, no necesariamente están comprometidas con la libre expresión y hablan únicamente de la libertad de prensa para que los gobiernos respeten a los medios en sus peculiares políticas informativas.

Ser periodista exige un alto compromiso ético y un respeto absoluto al derecho del ciudadano a estar informado. El derecho a la libre expresión es un aspecto fundamental que no se refiere únicamente a los periodistas, sino a todo ser humano y por ello es que forma parte de las garantías y derechos universales.

Por ello pienso que celebrar el Día de la Libertad de Prensa obliga a ir un poco más allá para revisar nuestro rol y nuestro compromiso.