Brasil da de qué hablar en la Copa Mundial de fútbol femenino, como era de esperar. Todos hablan de Marta, la mejor futbolista del mundo, y de la selección brasileña que ha metido más goles que nadie. Pero su mayor logro ha sido mantener el arco invicto.
Brasil es el único de los dieciséis equipos participantes sin goles en contra después de la etapa de grupos, y Estados Unidos debe mejorar su efectividad para enfrentar el difícil compromiso del domingo en cuartos de final en Dresde.
«Estamos concentradas y listas para enfrentar a cualquier adversario», dijo el entrenador de Brasil, Kleiton Lima. «Estoy particularmente satisfecho con la defensa. Hemos tenido algunos adversarios muy fuertes y ha rendido al ciento por ciento».
Lo que es más sorprendente es que Lima no trabaja con la tradicional línea de cuatro en el fondo, sino de tres.
«Nos permite hacer un juego más compacto y agresivo», dijo la zaguera Erika. «Nuestro 3-5-2 nos abre muchas oportunidades».
Las mediocampistas a veces se retrasan para cubrir espacios y defensoras como Erika suben con la posibilidad de anotar, como lo hizo en la victoria de 3-0 sobre Guinea Ecuatorial el miércoles, que dio a Brasil tres victorias para encabezar su grupo.
La alineación, basada en las defensoras Erika, la capitana Aline y Daiane, da solidez al equipo.
«Si nos paramos bien, podemos controlar el juego. Podemos contraatacar. Podemos golpear porque tenemos una estrategia clara», aseguró el técnico.
Pese a que las guineanas mantuvieron bajo estricta marcación personal a Marta, la estelar brasileña abrió espacios para sus compañeras. Estados Unidos deberá asegurarse de no sobrestimar la importancia de Marta en detrimento de las demás brasileñas.
«Es una jugadora con la que hay que tener cuidado durante todo el partido. Pero no solamente se le debe prestar atención a ella», advirtió la defensora estadounidense Christie Rampone.
Pero si se le da a Marta un pequeño resquicio, demostrará por qué ha ganado cinco veces el galardón a la jugadora del año que otorga la FIFA. Pese a la estricta marcación a que la sometieron, hizo el pase de gol a Christiane para el segundo tanto y ganó un penal para el tercero.
En Brasil, el «jogo bonito» es tan importante como ganar. Pero mientras los varones han ganado un récord de cinco copas mundiales, las mujeres han perdido las finales de los dos últimos juegos olímpicos y la última Copa Mundial. Por eso, después de caer en esas tres finales, la estética pasa a segundo plano.
«No pueden esperar que ofrezcamos un espectáculo. La cuestión es ganar», sentenció Erika.