El martes 22 recién pasado tuve el honor y privilegio de estar en la misma mesa con los distinguidos abogados Mario Fuentes Destarac, Alejandro Balsells, Anabella Morfín y Marta Altolaguirre, dos de las juristas mujeres más connotadas de nuestra época. Allí estaban puntuales los cuatro, sin otro interés que defender la Constitución, dando de su tiempo y esfuerzo al interés nacional y precisamente actuando en nombre del Centro de la Defensa de la Constitución (Cedecon).
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Ellos en nombre del Cedecon participaron en la vista pública en la Sala de Vistas de la Corte de Constitucionalidad, solicitando la inconstitucionalidad del artículo 5 del decreto 13-2011 por el cual el Congreso facultó al Ministerio de Finanzas Públicas para que pueda trasladar hasta un mil doscientos quince millones de quetzales (Q1,215,000,000.00) en el ejercicio fiscal 2011, de proyectos de inversión a programas de funcionamiento, para cubrir el pago de sueldos y salarios.1
Escuchar a Alejandro Balsells hacer sus alegatos me trajo a la memoria a aquel ilustre y distinguido jurista don Alfredo Balsells Tojo, muy querido amigo de mi padre. Pensé cuán orgulloso estaría Alfredo de escuchar a Alejandro plantear con tanta claridad, técnica jurídica, determinación y coraje los argumentos de por qué se debe declarar inconstitucional el referido artículo 5.
Indudablemente Alex está siguiendo los pasos de su padre y difícilmente se escapará de ocupar algún día una magistratura en la Corte de Constitucionalidad.
Su hermano Quique, vilmente asesinado, mi querido amigo y compañero del Liceo Guatemala se habría levantado a aplaudir y abrazar a su hermano.
Mario Fuentes Destarac, con una gran precisión y la gran habilidad que le caracteriza para presentar sus casos, hizo a la Corte una presentación muy clara de la diferencia entre lo que es un gasto recurrente y lo que es una inversión. El Congreso presentó alegatos escritos al notificársele la acción de inconstitucionalidad en los que para variar, trata de retorcer el derecho y pobremente querían argumentar el gasto de educación y salud como una inversión social. Vergonzoso el argumento del Congreso. Mario Fuentes con absoluta claridad explicó a la Corte de Constitucionalidad cómo el Congreso retorcía los conceptos y trata de justificar una norma inconstitucional.
Mario Fuentes Destarac a través de los años ha forjado una imagen, un prestigio de defensor del Estado de Derecho que lo distingue. En épocas de í“scar Berger ocupó el cargo de Comisionado Presidencial para la reforma del Estado y cuando se dio cuenta que el Presidente Berger no tenía la determinación y convicción de hacer las reformas necesarias para ello, Mario renunció al cargo de Comisionado. Como decía un editorial de esos días de su renuncia, “La renuncia de Mario Fuentes Destarac como comisionado presidencial ad honorem era de esperarse, debido a la deslealtad de que fue víctima en el seno del mismo oficialismo guatemalteco.†Ese es Mario Fuentes Destarac.
Ver a Mario es recordar a don Mario Fuentes Peruccini, un connotado político, hombre de principios y enamorado de Guatemala lo cual mi amigo Mario heredó de su padre.
Anabella Morfín, ex ministra de Trabajo, ex presidente de Cedecon, una infatigable profesional que ha participado muy activamente en el foro guatemalteco procurando el desarrollo del país, haciendo constantes aportes a nuestro Estado de Derecho que constantemente se ve violado o atacado por los gobiernos de turno. Ha estado dispuesta a poner su nombre para las buenas causas aún al costo de ser atacada por muchos del mal.
Marta Altolaguirre, defensora de los derechos humanos en Guatemala, ex presidenta de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, ex viceministra de Relaciones Exteriores de Guatemala, jurista comprometida con nuestro país.
Anabella, Marta, Alex y Mario, sólo con acciones como las que ustedes han realizado en lo individual y en nombre del Cedecon hay posibilidad de rescatar nuestro sistema de justicia. Si persistimos podremos lograr que el sistema funcione. Ustedes son líderes y están significando una diferencia y representan una esperanza para el Estado de Derecho. Nuestro país está en caos porque nuestros jueces y magistrados no aplican castigos consistentemente a los que violan la ley. El orden podrá establecerse sólo restaurando la Justicia, sancionando a los que violan los derechos de otros. No se dejen llevar por argumentos que el sistema no funciona o que algunos magistrados tienen algunos criterios. La ley es la ley. La Constitución es la ley suprema, por favor persistan en su batalla y no se desanimen, la única manera es persistir.
1 Viola el segundo párrafo del literal b del artículo 238 de la Constitución.