Margo Glantz: La literatura en México está descentrada


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La literatura en México y Estados Unidos está cambiando por los efectos de la inmigración de millones de latinoamericanos y el narcotráfico, creando nuevas formas de expresión, afirma la ensayista y narradora mexicana Margo Glantz, quien ha podido atestiguarlo a lo largo de los años.

Por BERENICE BAUTISTA

«Hay un descentramiento en el sentido más específico del término, en el sentido literal. (La literatura) se está descentrando. La Ciudad de México era por lo general donde se producían los más importantes escritores o a donde llegaban los escritores importantes después de vivir en sus lugares de origen», dijo la autora de «Las genealogías» y «Síndrome de naufragios». «Ahora muchísimos escritores están viviendo en el norte y están escribiendo sus propias obras justamente en la frontera».

Glantz, de 82 años, mencionó a escritores como el mexicano Juan Villoro, autor de la novela «Arrecife», cuyo tema subyacente es el narcotráfico; o Elmer Mendoza, oriundo del estado de Sinaloa; Luis Humberto Croswell, quien eligió Tijuana; Yuri Herrera, que también adoptó el tema del narcotráfico y la frontera, o Heriberto Yepes, cuya narrativa se desarrolla fuera de la capital.

De hecho el libro que la autora dijo estar leyendo esta semana en Chicago, donde se encontraba para dictar una cátedra en una universidad y desde donde conversó vía telefónica con The Associated Press, es «Canción de tumba» de Julián Herbert, un escritor que desde hace años reside en Saltillo, capital del estado de Coahuila fronterizo con Estados Unidos.

«Es un libro sin ninguna complacencia, con absoluta falta de sentimentalismo, con una escritura feroz, sobre todo la primera parte que deja ver una infancia tan complicada como la de un niño que nace cerca de un prostíbulo y tiene que estar exiliándose de ciudad en ciudad, sin poder terminar la escuela, y cómo acaba siendo adicto a la cocaína», dijo. «Aunque no hable del narcotráfico en sí está vinculado con el narcotráfico, porque (el personaje) es un consumidor de cocaína perpetuo. Es una novela muy interesante, de las nuevas novelas que están escribiendo en México».

Al otro lado de la frontera los cambios también son evidentes por la «enorme» cantidad de estudiantes de humanidades mexicanos y de otros países de Latinoamérica que Glantz ha visto incorporarse a las universidades de Estados Unidos.

«En Chicago hay más de un millón de mexicanos. Muchos de ellos se dedican a labores muy tradicionales, como el campo y el servicio, pero también hay muchos que están estudiando, porque las segundas y terceras generaciones ya van a las universidades y es muy importante que se pongan en contacto con lo que se produce en sus ciudades de origen», dijo.

Glantz recibió su primera invitación para impartir clases en universidades estadounidenses en 1993 y lo continuó haciendo a la par de la explosión de la inmigración latinoamericana en ese país, y ha notado un incremento en el interés de los estudiantes por la región de la que son originarias sus familias.

«Me parece que es una continuación de lo que he ido observando a lo largo de los años cuando he sido profesora visitante en Estados Unidos», expresó. «Veo que hay muchos latinoamericanos que se preocupan por América Latina y por México en particular».

Pero en el caso de los departamentos de estudios latinoamericanos en las instituciones de educación superior estadounidenses, considera que el apoyo ha menguado, hecho que lamenta ante la relación entre el país más rico del continente y sus vecinos.

«Muchos departamentos de estudios latinoamericanos que eran muy florecientes hace 20 años han comenzado a desaparecer y hay muchas dificultades para mantenerlos vivos porque a las universidades les interesa poco Latinoamérica, a pesar de que Latinoamérica sigue siendo fundamental en Estados Unidos», dijo. «Me parece que existe una especie de proyecto negativo para no continuarlos».

A pesar de los cambios en el enfoque académico, el intercambio entre México y Estados Unidos es inevitable. Por ejemplo, Glantz ofreció esta semana una cátedra sobre su producción literaria en la Universidad de Chicago, auspiciada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México.

«Como se trataba de hablar sobre mi propia obra decidí hacer un texto sobre el proceso creativo para poder insertarme en una corriente con otros autores», dijo. «El proceso creativo me parece muy interesante para poder colocarme ahí como comparativamente».

Glantz, quien comenzó su carrera como escritora en la década de 1960, ha publicado decenas de ensayos y textos de crítica literaria, así como 11 títulos de cuentos y novela, por lo que su cátedra fue también una reflexión sobre su propia evolución.

«En 30 años de escritura las cosas van cambiando, es difícil analizar el propio proceso creativo, es difícil verse desde fuera», señaló. «Pero ahora tuve una conversación con varios estudiantes… que analizaban un texto mío de una manera muy puntual, ‘Palabras para una fábula.  Fue muy interesante porque me dejó ver cómo se lee mi literatura, qué expectativas tiene para los demás y qué diálogo puede entablarse».

Próximamente Glantz publicará «Coronada de moscas» con la editorial Sexto Piso.

«Es un libro de viajes, una memoria que trata sobre mi visión de la India, país al que fui tres veces de una manera muy rápida», adelantó. «Recorrí muchas ciudades y volví a pasar por varias ciudades y me pareció importante establecer algunas semejanzas y algunas diferencias abismales entre la India y México, y las reflexiones que me produce ver la India en comparación con México».

También está por publicar el cuarto tomo de sus obras reunidas por el Fondo de Cultura Económica de México, «Ensayos sobre literatura mexicana del siglo XX».