Marco del debate fiscal


El tema fiscal tiene que ser objeto de un serio y profundo debate en el paí­s y ningún marco más apropiado que el de la campaña electoral para que se pueda realizar una discusión a fondo del asunto y escuchar las propuestas que puedan hacer las distintas fuerzas polí­ticas.


Tradicionalmente el diálogo sobre cuestiones fiscales se ha efectuado únicamente entre el Gobierno y el sector privado, sin que los otros sectores de la sociedad tengan ni voz ni voto a la hora de buscar un pacto fiscal. Pero siendo un tema de interés nacional, en el que todos los sectores están interesados y salen afectados dependiendo de lo que se resuelva, no hay mejor escenario para plantear el debate sobre los temas fiscales que la campaña polí­tica, con lo que se buscarí­a que mediante un mandato popular se ponga fin a la estéril discusión que ha sido ese eterno diálogo entre sordos.

Por principio, los partidos polí­ticos quieren siempre agradar el oí­do de los electores diciendo que no hay que aumentar impuestos. El mismo ílvaro Colom decí­a en su campaña que bastarí­a con administrar bien los fondos para tener recursos suficientes, pero una vez montados en el macho se dan cuenta que no hay tales, que tiene razón la comunidad internacional cuando advierte que se requiere de mayor contribución para enfrentar los problemas estructurales del déficit social que arrastramos los guatemaltecos.

Entonces, es conveniente conocer cuál es la postura de cada candidato con respecto al tema. Los mentirosos, los engañabobos, dirán que no necesitan más dinero y una vez en el poder tratarán de aumentar la recaudación. Los sinceros, que son los menos, nos hablarán con la verdad diciendo qué es lo que ocurre realmente con la polí­tica fiscal de Guatemala y se tendrán que esmerar en hacer planteamientos que sean aceptados por la población. Justamente eso harí­a que sea necesario hablar de tributos basados en principios universales de justicia tributaria que significan que paga más quien tiene más.

En esas condiciones, seguramente que los electores aceptarán las propuestas siempre y cuando vayan acompañadas de manera integral con polí­ticas contra la corrupción y que velen por la calidad del gasto. Combatir la corrupción y abordar el tema fiscal son cuestiones fundamentales para el futuro del paí­s y ningún polí­tico debiera pasar por alto el correcto abordaje de tales cuestiones durante la campaña.

Insistimos que no hay foro más adecuado para un debate fiscal que la campaña polí­tica y ojalá que los partidos y sus candidatos entiendan que sólo en una campaña pueden lograr un claro mandato popular para realizar una reforma que goce del respaldo de la población.