La compañía distribuidora de electricidad en el Oriente colocó los contadores a una altura aproximada de 1.80 metros, tal vez para un mejor control y una lectura más fácil, dejándolos al alcance de cualquier persona y especialmente de niños.
Debido a este traslado de los contadores, sin estudios bien resalizados, se ha suscitado el problema que a veces niños traviezos que pasan por la calle les quitan los marchamos, dando como resultado que la empresa distribuidora cobre una multa de Q2,000.00 al propietario del servicio, so pena de cortarles la corriente eléctrica si no pagan la multa. Cosa igual sucede cuando personas que no son muy amigos del dueño de la vivienda le quitan el marchamo para originarle el gasto de la multa irresponsable que cobran los distribuidores.
Igual que en otras dependencias municipales y estatales, los errores que cometen sus empleados, los vecinos tienen que pagar para que sean corregidos.