Frente a la presidencia, en Nuakchott, un joven mauritano grita «Aziz! Aziz!» exhibiendo el retrato del golpista, el general Mohamed Uld Abdel Aziz, entre más de un millar de manifestantes presentes hoy para expresar su apoyo al golpe de Estado en su país.
Este mauritano negro, de unos veinte años, afirma sin vacilar: «los militares son nuestros guardianes, hay que apoyarles porque ellos vienen a corregir la situación cada vez que tenemos problemas».
Bajo un sol ardiente, se unió a la manifestación de apoyo a la junta que derrocó ayer por la mañana a Sidi Uld Cheij Abdalahi, primer presidente democrático elegido desde la independencia de su país en 1960.
El cortejo, desde el acceso al aeropuerto hasta la presidencia, estuvo formado por varias centenas de vehículos y un millar de personas.
Fotografías gigantes del nuevo líder ornamentaban los parabrisas de los vehículos: Mohamed Uld Abdel Aziz, jefe de la ex guardia presidencial, realizó el golpe de Estado del día anterior, poco después del anuncio de su destitución por el presidente.