Las maras han sido utilizadas en los países de Mesoamérica como chivos expiatorios por las autoridades, que les han atribuido todos los males de la sociedad, forzándoles a reorganizarse y agravando el problema, según un estudio internacional presentado esta semana en México.
«En el marco de una oleada de populismo punitivo que se arraiga muy fuertemente en la región a partir de 2003, se busca generar determinados chivos expiatorios a quienes se atribuye los grandes males de la sociedad y los principales problemas de violencia», explica la académica Janet Aguilar, una de las autoras del estudio.
El informe «Pandillas juveniles transnacionales en Centroamérica, México y Estados Unidos», en el que participaron analistas de México, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Colombia y Estados Unidos, desmitifica algunas de las acusaciones contra las maras, como que conforman una red transnacional y que se están integrando en el narcotráfico.
Según sus conclusiones, el fenómeno mara no era tan grave hace apenas tres años como las autoridades, apoyadas por los medios de comunicación, hicieron creer cuando comenzaron los operativos de mano dura en Centroamérica, asegura Aguilar, de la Universidad Centroamericana de El Salvador.