Maradona celebra sus 50 años


Diego Maradona, el astro que descolló en el mundo del fútbol y trascendió sus fronteras entre hazañas y polémicas. La imagen es de 1981 cuando Maradona ganó con el Boca. AFP

Diego Maradona, el astro que descolló en el mundo del fútbol y trascendió sus fronteras entre hazañas y polémicas, celebraba hoy sus 50 años, mientras busca un nuevo rumbo aún sin reponerse de su frustrado paso como entrenador de la selección argentina.


«Es el cumpleaños más triste de mi vida. Yo me imaginaba con el buzo de la selección. Haber quedado sin chances me dolió mucho… El mejor regalo hubiera sido la selección», confesó Maradona en una entrevista hoy del diario deportivo Olé.

Pero el ex futbolista no baja los brazos, seguro de que en otra etapa volverá a conducir el destino del equipo albiceleste, del que dejó de ser el DT el 3 de julio, tras la caí­da ante Alemania (4-0) que lo despidió del Mundial de Sudáfrica en cuartos de final.

«Sé que voy a volver a la Selección algún dí­a, ese es mi destino. Yo estoy esperando», dijo el ayer al canal inglés Sky Sports News.

No obstante, este hombre fascinante y polémico, astro mundial que estuvo al borde de la muerte y resurgió de sus cenizas como ave fénix, admitió a los 50 años que está abierto a propuestas laborales, aunque no las recibió.

«Si viene algún trabajo importante lo voy a aceptar», dijo.

Nacido el 30 de octubre de 1960 en Villa Fiorito, un empobrecido barrio del sur bonaerense, Maradona saltó al reconocimiento mundial como capitán y figura de la selección argentina campeona en el Mundial de México-1986 y subcampeona en Italia-1990.

Surgido de la cantera de Argentinos Juniors, durante 21 temporadas regó con su talento incomparable cada cancha en la que jugó, y paseó su fútbol por Boca Juniors, FC Barcelona (España), Nápoles (Italia), Sevilla (España) y un fugaz capí­tulo en Newell»s antes de volver a su amado Boca, en el que se retiró en octubre de 1997.

Siempre polémico, Maradona también acaparó la atención del mundo con su permanente desafí­o a los sí­mbolos del poder y sus mediáticos duelos verbales con el brasileño Pelé, la otra gran estrella del planeta futbolero.

No obstante, los mayores escándalos llegaron con sendos casos de dóping que protagonizó y su confesada adicción a la cocaí­na, de la que se recuperó.

Al menos en dos oportunidades esquivó a la muerte, acaso con la misma magia que desplegaba gambetas y fintas para eludir a sus rivales en las canchas.

Ya se habí­a acostumbrado al «showbol», como protagonista de partidos de fútbol en canchas de dimensiones reducidas, cuando le llegó la chance de ser entrenador de Argentina, cargo que asumió el 28 de octubre de 2008.

Con poquí­sima experiencia como director técnico, consiguió clasificar al equipo albiceleste al Mundial de Sudáfrica-2010, a despecho de haber soportado una catastrófica caí­da (6-1) ante Bolivia y sufrir hasta el último minuto el pasaje logrado ante Uruguay (1-0) en el Estadio Centenario.

Provocador, le «dedicó» la clasificación a periodistas crí­ticos con un insulto que quedó en los anales y que le valió una sanción.

Durante el Mundial, Maradona intentó convertir a Lionel Messi (FC Barcelona, España) en una pieza tan determinante como lo fue él en el césped mexicano hace 24 años, cuando fue campeón mundial, pero el diamante rosarino sólo ofreció destellos de su brillo y ni siquiera anotó un gol.

De regreso a Buenos Aires, prefirió el silencio, pero estalló y habló de «traición» cuando Julio Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, decidió no renovarle el ví­nculo como DT de la selección.

Aun cuando pasaron 13 años de su retiro, al ser reemplazado en un clásico Boca-River, Maradona no ha perdido el carisma y mantiene su fuerte popularidad, en tanto que empresas que lo auspician lanzaron productos especiales en su homenaje por sus 50 años de vida.

Reconocido por el Senado argentino como «deportista ejemplar», su última aparición pública fue el jueves cuando se abrazó a la presidenta Cristina Kirchner en el velatorio del ex presidente Néstor Kirchner (2003/2007), quien le habí­a expresado su respaldo tras el Mundial.

«Argentina perdió un gladiador», lamentó Maradona sobre la muerte del hombre fuerte de la polí­tica argentina, generador de amores y odios como él.