Maquiavelo entiende por virtud a la capacidad de dominar los acontecimientos y, por fortuna lo que depende de la voluntad humana.
Resulta interesante cómo los acontecimientos de la vida cotidiana pueden ser moldeados e incluso manipulados en función de determinados intereses. En lo económico, en lo social, en lo político, el manipuleo puede resultar siendo un arma poderosa para dominar ciertos aspectos que generan percepciones alejadas de la realidad.
En todo proceso de interacción humana las percepciones juegan un papel preponderante, ¿recuerda usted cuál fue su primera percepción al conocer a su actual pareja? ¿Recuerda acaso la primera impresión que quedó grabada en su mente cuando conoció a un buen amigo o amiga? Suele suceder que en algunos casos lleguemos incluso a asegurar «a un principio hasta mal me caía».
Pues bien, las percepciones como condicionantes de las relaciones humanas juegan un papel importante en los procesos de negociaciones empresariales y políticas. Un político hábil posee ese sentido imperceptible de manejar las percepciones de otros, de moverse entre lo objetivo y lo subjetivo con facilidad, un buen negociador se mueve entre bandas, sabe llegar a donde quiere llegar manejando los tiempos y los acontecimientos.
Zorro y León, dice Maquiavelo, aptitudes y actitudes agrego yo (manejo entre lo objetivo y lo subjetivo). La formula del éxito se sustenta en el manejo de las propias capacidades, en el conocerse y reconocerse constantemente así como en la capacidad de manejar las circunstancias por difíciles que puedan parecer.
Entonces la virtud y la fortuna entendida por Maquiavelo desde mi modesta apreciación, es algo más profundo que el propio manejo de los acontecimientos, desde mi particular punto de vista implica todo un formulismo filosófico que nos mueve a considerar que como punto de partida que la virtud y la fortuna indivisiblemente acompañan al buen político.
Maquiavelo despierta indudablemente un mundo de pasiones, sus apreciaciones filosófico – político permanecen inalterables a lo largo de los siglos, de su genialidad se desprenden una serie de consideraciones practicas que sirven de base para la elaboración de teorías políticas.
Esta tarde al recordarlo, pretendo que tomemos en consideración como punto de partida los elementos citados para luego entender dentro de la dinámica de las relaciones internacionales, comprender los pasos adelante y los pasos para atrás, como en un baile, porque la negociación retrocede en los momentos de distensión, el porque de ciertos movimientos cuando considerábamos que teníamos a la mano una probable solución. El tema es que tal y como dice Maquiavelo, y aunque no nos agrade en la negociación «Todos ven lo que tú aparentas; pocos advierten lo que eres.» Y eso es quizás desde la ética lo más criticable.