Ecuador anunció hoy que mantendrá rotas las relaciones con Colombia pese al pedido que le hizo la ex rehén Ingrid Betancourt para que deje de lado las diferencias y ayude a gestionar la liberación de los secuestrados que permanecen en poder de las FARC.
La canciller María Isabel Salvador reiteró su complacencia por el rescate de la ex candidata presidencial, pero descartó que ello pueda incidir en la decisión de Quito de congelar el restablecimiento del diálogo, roto desde marzo a causa de un bombardeo colombiano contra un campamento rebelde en Ecuador.
«No creo que tenga que cambiar nada (en el frente diplomático) porque son cosas distintas. Lo que sucedió el 1 de marzo fue una violación a la soberanía ecuatoriana. En ese sentido no tiene por qué cambiar la situación, no mezclemos las cosas», estimó Salvador en una entrevista con Teleamazonas.
Betancourt recobró la libertad ayer tras seis años de cautiverio en poder de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) gracias a un operativo militar incruento que también permitió el rescate de tres estadounidenses y once policías y militares colombianos.
La política valoró los esfuerzos de Quito y Caracas en favor de los rehenes colombianos y le pidió al presidente Rafael Correa que retome los lazos diplomáticos con Bogotá para «vislumbrar nuevas liberaciones unilaterales».
No obstante, la canciller ecuatoriana anunció que el tema con Colombia continuará en punto muerto al tiempo que formuló un nuevo llamado a las FARC para que dejen en libertad a los demás cautivos.
«Las relaciones diplomáticas siguen rotas porque el presidente (Alvaro) Uribe no cumplió su palabra de intercambiar las notas diplomáticas (para nombrar encargados de negocios) el 24 de julio», sostuvo Salvador.
Colombia desistió a última hora de recomponer los lazos a nivel de encargados de negocios alegando su malestar con unas declaraciones de Correa en torno al bombardeo colombiano contra la guerrilla de las FARC en territorio ecuatoriano.
Correa reaccionó airado y anunció la suspensión indefinida de relaciones mientras Alvaro Uribe sea presidente de Colombia, y aseguró que «sabrá responder» a lo que llamó las «burlas y desprecio» de ese gobierno frente a su país.