Mandatarios tienen propuestas y soluciones ante crisis financiera


Foto oficial de los mandatarios asistentes a la Cumbre Iberoamericana en San Salvador.

La amenaza de que la crisis financiera mundial socave los cimientos de la economí­a real de los paí­ses iberoamericanos ha llevado a los mandatarios que participan en la XVIII Cumbre en El Salvador a exigir medidas y hacerse oí­r en la creación de una nueva arquitectura financiera internacional.


La principal preocupación, según un comunicado especial aprobado anoche en San Salvador, son los «potenciales efectos sobre el sector real de la economí­a» y sobre la «estabilidad polí­tica y social de la región».

Por ello, se comprometen a «tomar las medidas necesarias para proteger el empleo y la inversión, garantizar la disponibilidad de financiamiento para las actividades productivas e impulsar polí­ticas sociales que beneficien en particular a los sectores más vulnerables».

Asimismo barajan la posibilidad de convocar urgentemente una reunión de jefes de Estado y de Gobierno, en el marco de la ONU ante la gravedad de la crisis, como habí­a propuesto Venezuela, cuyo presidente Hugo Chávez ha sido el gran ausente de este encuentro, que finaliza hoy.

Pese a que el principal asunto de esta Cumbre Iberoamericana era la juventud y el desarrollo, la crisis estuvo en boca de prácticamente la totalidad de los mandatarios.

Las crí­ticas han llovido a la permisividad, falta de transparencia y codicia que llevaron a este colapso del sistema financiero internacional originado en Estados Unidos y Europa, y muchos han esbozado posibles soluciones, dependiendo del color polí­tico de los gobiernos.

La mayorí­a ve en esta crisis la oportunidad para cambiar un sistema surgido en los acuerdos de Bretton Woods, que sólo favorece a unos pocos.

Así­, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva reclamó un acuerdo internacional ya que la crisis, que «adquirió un carácter sistémico y estructural», «no podrá ser contenida sin un esfuerzo de coordinación internacional».

Y es que una crisis global requiere de soluciones globales, se ha oí­do repetir a lo largo de dos dí­as de reunión.

Pero en las soluciones deben participar los paí­ses emergentes y en desarrollo, dijo por su parte la presidenta chilena, Michelle Bachelet.

«Queremos que nuestra voz sea oí­da», exigió.

Se trata, según el jefe del gobierno español, José Luis Rodrí­guez Zapatero, que ha recibido algunos apoyos de sus amigos latinoamericanos como México o Chile para participar en la conferencia de Washington del 15 de noviembre a la que no ha sido invitado, de crear un nuevo orden financiero internacional que incorpore mecanismos de control y transparencia.

Mientras tanto, para el presidente colombiano, Alvaro Uribe, lo importante es estudiar medidas para frenar el impacto de la crisis financiera internacional en las polí­ticas sociales.

«No podemos permitir que los daños que ha hecho el capital especulativo se tengan que pagar con la disminución de la polí­tica social en paí­ses como Colombia, o con la desfinanciación de las obras públicas», señaló Uribe.

Según la declaración, una respuesta a la crisis pasa también por la «conclusión satisfactoria y equilibrada» de las negociaciones multilaterales de la Ronda de Doha para la liberalización del comercio agrí­cola mundial.

Pero también hubo voces que consideran fracasado el capitalismo, como el boliviano Evo Morales o el nicaragí¼ense Daniel Ortega.

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, por su parte, reclamó una arquitectura financiera regional, para evitar que eventuales futuras crisis la vuelvan a salpicar, porque lo que se pretende ahora es «parchar (remendar) un sistema que no manejamos y al cual no le interesamos».

Aunque la Cumbre concluye hoy, los jefes de Estado y de Gobierno de los 22 paí­ses, entre los que tampoco estuvo el cubano Raúl Castro, también aprobaron anoche una serie de documentos en los que se comprometen a mejorar la situación de 110 millones de jóvenes iberoamericanos, ví­ctimas en su mayorí­a del desempleo, la violencia y la marginación.