Mañana, Obama o Mc Cain


Dentro de un ambiente de angustia e incertidumbre, la sociedad estadounidense define mañana martes 4 de noviembre, quién será su próximo gobernante. Hasta ahora todos los sondeos favorecen al senador por Illinois, Barack Hussein Obama, abogado graduado de la prestigiosa Universidad de Harvard y con una corta pero meteórica carrera polí­tica, a quien se le atribuye haber llegado al escenario electoral en el momento más oportuno, situación que le ha allanado el camino para arribar a la primera magistratura del paí­s más poderoso del planeta. Contrariamente su contrincante, John McCain, enfrenta uno de los peores ambientes de la historia para un candidato republicano. Hasta ahora, el senador por Arizona no ha liderado ni una sola de las 159 encuestas que se realizaron en todo este proceso electoral, situación que nos sugiere que por primera vez en la historia, el próximo gobernante de Estados Unidos será un afroamericano.

Guillermo Wilhelm

Pero como hice ver en mi artí­culo anterior, hay dos aspectos que al senador Obama le ha costado superar. El primero ha sido la ardua tarea de preparar a la población anglosajona a tener como presidente a un hombre de raza negra. Aparentemente lo ha logrado, ya que los prejuicios raciales a medida en que la situación económica y financiera fue empeorando, la aceptación por su candidatura se fue acrecentando. Eso no quiere decir que el temor de los estrategas demócratas por «el efecto Bradley» haya desparecido. Como lo expresaba en mi columna anterior, el efecto Bradley fue la sorpresiva derrota que el alcalde de Los íngeles, Tom Bradley, sufrió en su intento por llegar a Gobernador por el Estado de California, esto a pesar del margen de ventaja que sobre su contendiente el 18% le daba en las encuestas. Después de estudiar este fenómeno, los sociólogos estadounidenses concluyeron que esto se debió a que cuando a los votantes de raza blanca se les preguntaba por quién iban a votar, para no parecer racistas, respondí­an que por el candidato de color, Tom Bradley; pero a la hora de emitir su voto lo hicieron por el candidato de raza blanca, George Deukmejian. Pero a estas alturas y por el actual escenario económico que prevalece en la Unión Americana, creo que ver otro efecto Bradley resulta poco probable.

El segundo aspecto que Obama ha tenido que superar, es el temor que algunos votantes han tenido en darle el sufragio a alguien con poca experiencia polí­tica. Esto se debe a los grandes retos y desafí­os que el próximo Presidente de Estados Unidos tendrá que enfrentar. Sin embargo, aunque con un margen más estrecho de lo que las encuestas predicen, considero que Barack Obama ganará las elecciones. Será un gobernante que no tendrá el tiempo para sentarse en su escritorio o el espacio para acostumbrarse al cargo. Hay desafí­os que se presentan como enormes montañas y que demandarán de él toda la atención desde el primer momento, y el principal, que es el tema de mayor preocupación en ese paí­s y que también representa la nefasta herencia de Bush, es el tema de la economí­a. Mañana martes cientos de millones de ojos alrededor del planeta estarán pendientes de las elecciones estadounidenses y no es para menos, ya nadie discute la importancia que representa este evento para el resto del mundo. Hemos visto como las decisiones de un presidente estadounidense pueden tener un profundo impacto en el curso de la historia, no sólo de Estados Unidos sino en el resto de paí­ses, que como el nuestro, por la dependencia tan enorme que hemos desarrollado por los «migradolares», el tema migratorio representa algo fundamental y determinante para nuestra historia social y económica.