La selección que conduce Diego Maradona, una leyenda del fútbol argentino que atraviesa horas decisivas en su breve campaña como DT, eligió para este choque de campanillas el estadio El Gigante, de Rosario, 300 Km al norte de Buenos Aires, para convertirlo en una olla hirviendo de fanáticos.
La perla de Maradona en la cancha será el delantero Lionel Messi, recién consagrado mejor futbolista de Europa, en un equipo que tiene al volante Javier Mascherano como capitán y motor anímico, aunque los albicelestes vienen a los tumbos, sin lograr ensamble ni vigor.
Por su parte, la escuadra «canarinha», que dirige técnicamente Dunga, desplegará en el césped de Rosario Central, ante unas 40 mil almas, una constelación fascinante en la que deslumbra Kaká, estratega y goleador, con los resplandores de Robinho y Luis Fabiano.
«La gente no entra a la cancha ¿No?, entonces me quedo tranquilo», comentó con ironía el volante brasileño Felipe Melo.Cambiar de escenario del histórico Monumental de Buenos Aires al de Rosario Central es parte de una estrategia de Maradona y sus jugadores para que soplen como un ciclón los griteríos y los cánticos, en medio de un mar de banderas.
Pese a todo, el Gigante no le sirvió de mucho a Argentina como «jugador número 12» en las dos veces que enfrentó a Brasil allí: la primera fue triunfo brasileño por 1-0 (en la Copa América-1975) y la última empate 0-0 (en la segunda ronda de la Copa del Mundo Argentina-1978).
Delante de los argentinos (22 puntos) está el líder Brasil (27), que con tres puntos estará en la escalerilla del avión rumbo a Sudáfrica, seguido por Chile (26) y Paraguay (24), todos ellos en zona de clasificación.
Ecuador (20) está en el área de repesca con la Concacaf, pero detrás vienen Uruguay (18), Colombia (17) y Venezuela (17), en un pelotón donde aún arde Troya.
El problema para los albicelestes es que todavía les toca dos excursiones de extremo riesgo, con Paraguay en Asunción y con Uruguay en el Centenario, por lo que nadie duerme tranquilo en su campamento.
Pero después vino otra final con trago amargo para los argentinos en la Copa América Venezuela-2007, con un lapidario 3-0 para Brasil, que para colmo viene ahora con un invicto de 17 partidos, incluida la conquista de la Copa Confederaciones.
«Argentina está con miedo de Brasil, eso es seguro», provocó Luis Fabiano, artillero brasileño en las eliminatorias con siete goles.