¡Mamá, mamá, viene Bush! (III)


Sin que cause sorpresa, ni mucho menos halago, con poco tacto y como una muestra del poco respeto que cada uno de los habitantes de América Latina le merece, el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, previo a iniciar su gira por paí­ses de América Latina, en conferencia en la Cámara Hispana de Comercio, en la ciudad de Washington, manifestó su iniciativa de traer un costal de ayuda para educación, vivienda y salud por un monto de US $460 millones.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Emulando a quienes conquistaron América Latina con espejitos y expectativas, el Presidente visitante viene a pretender la buena disposición de parte de los latinoamericanos, olvidándose que no es regalando un pescado, ni un pan, lo que nuestros pueblos y ciudadanos requieren para su bienestar.

Nuestros diputados, como representantes de toda la ciudadaní­a, el Presidente y Vicepresidente de Guatemala, deberí­an de señalarle al visitante que requerimos respeto. Como personas que buscan la igualdad, deseamos tener la oportunidad de que nuestros hijos, esposas, nietos tengan con nuestro trabajo una vida digna, requerimos la oportunidad de pescar «no con cascaritas de huevo huero», sino como mujeres y hombres trabajadores y dignos.

Comparando. ¿Qué puede significar US $460 millones de espejitos a América Latina si sólo a Guatemala, al expulsar 25 mil guatemaltecos cada año, se afectan a 125 mil personas, las más pobres dejan de recibir remesas familiares aproximadamente por US $ 90 millones al año; mucho más de lo que significan esas «aparentes» ayudas al desarrollo.

La agenda de la visita a Guatemala del 11 y 12 marzo ha dejado claro que tanto el presidente George W. Bush como í“scar Berger, se reunieron sin ninguna trascendencia real. Es triste leer en la prensa nacional que las autoridades que nos representan «descartaron la posibilidad de solicitar algún privilegio legal para los migrantes que no tienen documentos» y que previamente al inicio de su viaje, en una redada, capturaran a 136 mujeres y madres guatemaltecas.

Nuevamente, el gobierno de Guatemala defrauda y evade la obligación y la necesidad de un millón y medio de guatemaltecos, que por necesidad se encuentran ausentes del suelo patrio. Que envidia da ver que el Presidente de El Salvador, en una hora con Bush, abordó sin temor como mandatario digno el tema migratorio, por eso es que los salvadoreños están mucho mejor que los chapines; y aquí­, en dí­a y medio de visita: «nada.» «Lo cortés no quita lo valiente.»

Nuevamente vemos la incapacidad, la inmadurez del actuar de nuestro gobierno, que ni siquiera en sus postrimerí­as puede dejar de estar de rodillas ante los intereses de la cúpula económica local, a los que les rinde pleitesí­a.

Nos enteramos con desencanto que hoy lunes la agenda estable la visita «al destacamento militar médico estadounidense», qué trascendencia puede tener este hecho comparado con los más de 600 médicos cubanos que ayudan permanentemente a los guatemaltecos más pobres, que no vienen a hacer turismo médico unos pocos dí­as en nuestro paí­s.

El mejor medio de frenar el aumento de inmigración serí­a que el Presidente norteamericano y su gobierno suspendieran los subsidios agrí­colas que fomentan la pobreza y el subdesarrollo de nuestros pequeños agricultores de maí­z, ayudarí­a y es también urgente que el Presidente de Guatemala no continúe exonerando los impuestos (Q60 millones) a la importación de maí­z y otros granos básicos solo para favorecer a sus multimillonarios patrocinadores económicos, los polleros.

Reiteramos al presidente George W. Bush que en estos dos últimos años de su mandato -como primera prioridad- establezca una polí­tica migratoria ecuánime, una polí­tica de trabajo temporal justa, una polí­tica agrí­cola sin subsidios que estimule la producción y el mercado mundial; y así­ demostrar que los intereses de su paí­s coinciden con las necesidades de Guatemala y América Latina. «Eso si es polí­tica de buen vecino».