La OCDE y el Banco Mundial difundieron hoy sombríos pronósticos para la economía mundial, recordando a los líderes mundiales que el jueves participarán en la cumbre del G20 la urgencia de hallar remedios a una crisis que sumirá al planeta en su primera recesión en décadas.
El Banco Mundial (BM) pronosticó declives «sin precedentes» en la riqueza económica mundial y los volúmenes comerciales este año por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, y advirtió que el crecimiento también se desacelerará fuertemente en el vulnerable mundo en desarrollo.
El BM indicó que la economía mundial se contraerá un 1,7% en 2009, mientras los 30 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señalaron que su Producto Interno Bruto (PIB) caerá un 4,3% este año.
«La economía mundial está en medio de su recesión más profunda y sincronizada de nuestras vidas, causada por una crisis financiera mundial e incrementada por un colapso del comercio mundial», indicó Klaus Schmidt-Hebbel, economista jefe de la OCDE.
El PIB de Estados Unidos declinará un 4% este año, el de la Eurozona un 4,1% y el de Japón un 6,6%, señaló el informe de la OCDE.
La OCDE, que habló de una «hemorragia económica» también llamó a los gobiernos a aumentar el gasto para estimular la economía a fin de generar una recuperación en 2010, que anticipa «apagada» en el mejor de los escenarios, haciéndose eco de los llamados de Washington, que han sido rechazados por varios países europeos, entre ellos Francia y Alemania.
El Banco Asiático de Desarrollo (BAD) indicó en tanto que el crecimiento de las economías en desarrollo asiáticas caerá un 3,4% en 2009, que la perspectiva a corto plazo es «débil» y que más de 60 millones de personas seguirán en la pobreza.
El informe sostuvo que China, principal impulsor del crecimiento de la región en la década pasada, crecerá un 7% este año, bastante por debajo de la meta de Pekín de 8% considerada como el mínimo requerido para impedir el desempleo masivo.
El presidente del BM, Robert Zoellick, utilizó los nuevos pronósticos económicos para argumentar en favor de una línea de liquidez por 50.000 millones de dólares (38.000 millones de euros) para beneficiar a los países más pobres del mundo.
«El apoyo del G20 nos ayudará a ganar más impulso», indicó en un discurso antes de la cumbre de 20 líderes de potencias industrializadas y emergentes que tendrá lugar este jueves en Londres para intentar forjar una respuesta común a la crisis.
A pesar de los pronósticos sombríos, la mayoría de las bolsas se recuperaban, y el índice Footsie 100 de la Bolsa de Londres ganaba un 3,02% a comienzos de la tarde.
Al acercarse la cumbre del G20, el primer ministro británico, Gordon Brown, afirmó que los líderes mundiales deben devolver dignidad a las finanzas mundiales, al tiempo que lanzó una advertencia a los manifestantes que han prometido causar serias perturbaciones en el centro de Londres.
«Comprobarán el jueves en el G20 que por primera vez en la historia, las economías mundiales van a aprobar reglas internacionales sobre la remuneración de los banqueros», declaró Brown.
En Japón, el primer ministro Taro Aso dijo que su país desempeñará un «papel de liderazgo» en la cumbre «para que la economía mundial gane un acceso más fluido al capital que necesita».
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, advirtió que Francia no aceptará ningún consenso que ignore su reclamo de más regulación financiera, al tiempo que minimizó los llamados de Estados Unidos a aumentar los paquetes de estímulo.
La crisis es «demasiado grave como para permitirse una cumbre para nada», sostuvo Sarkozy.
Poco antes, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, consideró el martes que sería necesario celebrar otra cumbre en 2009, ya que la cumbre de Londres no puede generar «una solución milagro» para responder a la crisis.
Subrayando la severidad de la crisis, el desempleo en Alemania, la mayor economía europea, subió a 8,6% en marzo, y en Japón, la segunda economía mundial después de Estados Unidos, la tasa de desempleo alcanzó un máximo en tres años, a 4,4%.
En Francia, trabajadores de la empresa estadounidense Caterpillar detuvieron a cuatro gerentes en una planta en Grenoble (sureste) en protesta por los planes de despedir a cientos de personas.
Esta es la tercera vez en lo que va del mes que trabajadores franceses detienen a altos ejecutivos. En una fábrica dirigida por la empresa estadounidense 3M en el centro de Francia, un grupo de empleados detuvo a un gerente durante más de 24 horas, mientras el jefe de Sony France fue detenido durante una noche.
Klaus Schmidt-Hebbel
Economista jefe de la OCDE