Malestar por defensa de dictadura


Las declaraciones del embajador de Chile en Argentina, Miguel Otero, quien defendió la dictadura de Augusto Pinochet y afirmó que «si no hubiera existido el pronunciamiento militar, Chile hoy serí­a Cuba», generaron fuente malestar entre parlamentarios y el gobierno chileno.


«La mayor parte de Chile no sintió la dictadura. Al contrario se sintió aliviada. Ganó el pueblo. Entonces las calles se limpiaron, empezó a haber trabajo», dijo Otero en declaraciones al diario argentino Clarí­n que son reproducidas hoy en los medios chilenos.

El embajador sostuvo que «no conoce» ni le consta que existan documentos que acrediten la participación de Estados Unidos en el golpe militar de 1973, y negó que las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet fueran «un acto institucional».

Los parlamentarios de la opositora Concertación reaccionaron indignados, y consideraron sus palabras como vergonzosas e indolentes con las ví­ctimas de la dictadura, y solicitaron la destitución del diplomático.

Para el diputado Marcelo Dí­az, Otero «no está en condiciones de seguir siendo representante de Chile ni en Argentina ni en ningún paí­s», por lo que espera que «el presidente (Sebastián) Piñera lo remueva de su cargo, porque francamente avergí¼enza a Chile con estas declaraciones».

El opositor diputado Tucapel Jiménez consideró «un grave error» de Piñera la designación de «un hombre de Pinochet en una embajada estratégica como es la Argentina, paí­s donde respecto de los derechos humanos hay una sensibilidad especial, ya que miles de argentinos fueron masacrados por la dictadura militar».

«Piñera tiene que pedirle la renuncia al embajador porque si no se puede prestar para que se piense que esa es la polí­tica del gobierno en materia de polí­tica exterior y eso es nocivo para los intereses del paí­s», opinó el presidente del Senado, el opositor Jorge Pizarro.

El canciller chileno, Alfredo Moreno, dijo a la radio Cooperativa que «en el gobierno del presidente Piñera hay gente que puede tener las más diversas opiniones sobre el gobierno militar», y señaló que lo que piensen ministros o embajadores «representan opiniones personales y no la opinión del Gobierno».

Por su parte, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el oficialista Hernán Larraí­n, pidió no «sobrerreaccionar» ni tomar «medidas drásticas» porque serí­a «darle demasiada relevancia».

Ante la tormenta, Otero dejó en manos del mandatario cualquier decisión respecto a su cargo.

Asimismo, pidió disculpas al presidente Piñera, al señalar que «no he querido ofender a nadie y nunca ha sido mi intención defender las violaciones a los derechos humanos», en declaraciones a la Radio Agricultura.

La dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) dejó 3.000 ví­ctimas, entre muertos y desaparecidos, y más de 500 militares de la época están procesados por estos casos.