En Brasil hay «malestar» con el presidente boliviano Evo Morales por condicionar su visita a Brasilia al aumento del precio del gas que el país andino le exporta a su vecino, dijeron hoy fuentes diplomáticas.
«Hay un malestar muy grande en Itamaraty (cancillería brasileña)», dijeron las fuentes.
Morales debe realizar mañana una visita de Estado a Brasil, que hasta el mediodía de hoy no había sido confirmada.
«Hasta este momento no está definido el viaje del presidente Evo Morales, aún depende de una última reunión de evaluación que sostendrá con el ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, y el presidente (de la estatal petrolera boliviana) YPFB, Manuel Morales», dijo a la AFP en La Paz el portavoz del gobierno, Alex Contreras.
Morales quiere que el presidente Luiz Inacio Lula da Silva intervenga para obtener un aumento del precio del gas, pero el gobierno brasileño alega que se trata de una cuestión comercial, y no política, a ser deslindada entre YPFB y Petrobras.
«Yo tengo mucha esperanza y estoy casi seguro de que el compañero Lula, de Brasil, no puede permitir esta clase de política de una subvención de un país subdesarrollado frente a un país industrializado», dijo Morales, en declaraciones publicadas el lunes en La Paz.
Las fuentes diplomáticas dijeron que los preparativos siguen normalmente, como si Morales viniese. Pero que Brasil rechaza las «presiones» del mandatario boliviano.
Una fuente del gabinete del canciller Celso Amorim le dijo a la privada Agencia Estado: «Si (Morales) plantea condiciones, mejor que no venga. La paciencia tiene un límite».
Bolivia quiere venderle gas a Brasil al mismo precio que a Argentina, de 5 dólares por millón de BTU (unidad térmica británica).
Actualmente, le vende un promedio diario de 26 millones de metros cúbicos a través de un gasoducto binacional, a un precio medio de 4,30 dólares por BTU.
También exporta 1,2 millones de metros cúbicos diarios al estado brasileño de Mato Grosso, a 1,09 dólares por millón de BTU.
Bolivia nacionalizó el año pasado sus hidrocarburos, y Petrobras discute desde entonces con la estatal boliviana YPFB tanto la cuestión de los precios del gas como de la propiedad accionaria de dos refinerías.
La ministra jefa del gabinete brasileño, Dilma Rousseff, afirmó el lunes que el precio del gas comprado a Bolivia es «compatible» con el de mercado.
«Lo que está ocurriendo es un movimiento internacional de disminución del precio del gas en el mercado internacional. Entonces nuestro precio es bien compatible con el precio practicado en el mercado», afirmó.
Rousseff, principal ministra del gobierno de Lula, subrayó que el gas tiene fuertes oscilaciones en el mercado internacional, y que por eso había que atenerse a los contratos. «Lo importante es que, cualquiera sea la regla, ésta se cumpla», declaró.