La Comisión Europea aumentó drásticamente su estimación de inflación para la Eurozona en 2008 a una cifra récord de 3,2%, al tiempo que redujo su expectativa de crecimiento a 1,7% del PIB, a raíz de la crisis mundial y el alza de los precios de las materias primas.
«Estamos viviendo tiempos muy difíciles, en particular en lo concerniente a la inflación», admitió el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, al referirse a las previsiones económicas de primavera (boreal) difundidas por Bruselas.
Empujada por la disparada de los precios de la energía y los alimentos, la inflación se estableció en 3,6% en marzo en la Eurozona, un récord desde el lanzamiento en 1999 de la moneda única que comparten actualmente 15 países de la Unión Europea.
En su informe, la Comisión prevé que la inflación alcance su máximo índice a mitad de 2008 y luego comience a bajar para situarse en torno del 2,2% en 2009.
«Necesitamos ocuparnos de la inflación no sólo por razones económicas, sino también por razones sociales. Los gobiernos deben redoblar sus esfuerzos para adoptar reformas estructurales que puedan contrarrestar esos riesgos inflacionistas», dijo Almunia en conferencia de prensa.
Si la inflación es motivo de preocupación, también lo es, aunque en menor proporción, el crecimiento de la Eurozona, que se sigue desacelerando y alcanzaría el 1,7% del PIB (Producto Interior Bruto) en 2008, en lugar del 1,8% previsto en febrero pasado por la Comisión.
Para el conjunto de la Unión Europea (UE-27), el crecimiento en 2008 sería de 2% del PIB y la inflación de 3,6%.
El informe de Bruselas tiene al menos la buena noticia de que la economía de Alemania, motor del bloque, resiste mejor de lo previsto a la crisis.
En efecto, la economía alemana debería crecer 1,8% en 2008, en lugar del 1,6% previsto en febrero.
En cambio las cifras no son buenas para Francia, que crecerá 1,6% (contra 1,7% antes), e Italia, cuya economía se expandirá apenas 0,5% (0,7% antes).
En el caso de Francia, se suma la delicada situación por el déficit público en alza, que motivaría el lanzamiento de una advertencia anticipada por parte de Bruselas, como indicó Almunia.
Tras un déficit público de 2,7% del PIB en 2007, la Comisión Europea prevé que el rojo en el presupuesto francés se eleve a 2,9% en 2008 y a 3% en 2009, lo que lo situaría en el límite permitido por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE.
Para Italia, la coyuntura es similar, aunque menos peligrosa, ya que su déficit aumentaría a 2,3% en 2008 y 2,4% en 2009, tras establecerse en 1,9% en 2007.
En cuanto a España, la Comisión Europea prevé una fuerte desaceleración del crecimiento a 2,2% del PIB, en lugar del 2,7% estimado en febrero pasado, una tendencia que debería acentuarse en 2009, con una expansión de apenas 1,8%, casi al mismo nivel que el conjunto de la Eurozona (1,5%).
El análisis de Bruselas coincide en parte con el brindado el pasado viernes por el gobierno español, que reconoció el fin de una década de bonanza económica al rebajar sus previsiones de crecimiento para 2008 del 3,1% al 2,3%, al tiempo que subió su previsión de desempleo como consecuencia del brusco frenazo de la construcción.
El crecimiento de España había sido de 3,8% en 2007 y 3,9% en 2006, mientras que el de la Eurozona se había establecido en 2,6% en 2007 y 2,8% en 2008, en lo que aparece ahora como el pico de un ciclo de expansión que ha comenzado su curva descendente.