Magnate viaja otra vez al espacio tras pagar $35 millones


El magnate estadounidense Charles Simonyi, pionero de Microsoft, despegó hoy por segunda vez del cosmódromo ruso de Baikonur a bordo del cohete Soyuz, previo pago de 35 millones de dólares, y será probablemente el último turista espacial en mucho tiempo.


Junto a Simonyi viajan su compatriota Michael Barratt y el ruso Guennadi Padalka, ambos astronautas profesionales.

El cohete despegó a la hora prevista, las 17H49 (11H49 GMT), del cosmódromo situado junto a las estepas kazakas, no lejos del mar de Aral, y en unos minutos desapareció en el cielo bajo los hurras de la multitud.

El anuncio de la puesta en órbita, menos de diez minutos después, suscitó aplausos y gritos de alegrí­a entre los centenares de espectadores agrupados a unos kilómetros del punto del lanzamiento.

«Â¡Soy feliz!», comentó la esposa de Simonyi, Lisa Persdotter, tras el despegue. Visiblemente muy emocionada, la bella sueca se secaba las lágrimas con un pañuelo blanco.

Los familiares y amigos de Simonyi y del equipo de la agencia Space Adventures, organizadora de los viajes de todos los turistas espaciales, se reunieron poco después para celebrarlo con champán al grito de «Â¡Por Charles!».

La nave se posará el sábado a las 13H12 GMT sobre la Estación Espacial Internacional (ISS), especificó un portavoz de la agencia espacial rusa Roskosmos.

Se cruzará con la estadounidense Discovery, que llevó a la estación a siete astronautas e inició el miércoles su vuelta a la Tierra.

Como su homóloga estadounidense, la misión rusa contará entre sus objetivos el de reemplazar algunos de los ocupantes actuales de la ISS y prepararla para la duplicación de la tripulación hasta los seis miembros, prevista en mayo.

Sominyi, uno de los seis «turistas» que han viajado al espacio, entrará en la Historia como el primer individuo en haber efectuado dos misiones de este tipo previo pago.

El interesado, que pagó 25 millones de dólares por un vuelo similar en abril de 2007, esta vez ha tenido que desembolsar 35 millones de dólares. Se quedará 12 dí­as a bordo de la ISS antes de volver a la Tierra.

También podrí­a convertirse en el último turista espacial antes de mucho tiempo, debido a la próxima duplicación del número de astronautas a bordo de la estación y de la consiguiente falta de espacio.

«Se trata probablemente del último o penúltimo turista. Habrá una pausa durante un tiempo», declaró el jefe de Roskomos, Anatoli Perminov, en el canal Vesti 24.

Simonyi ya ha hecho saber que no efectuará un tercer viaje. Este hombre de negocios de origen húngaro afirmó haber llegado a un acuerdo con su mujer, Lisa, con la que se casó en noviembre, para que este vuelo sea el último.

Justificó su deseo de volver a la ISS al subrayar, citando los testimonios de otros cosmonautas, que un segundo vuelo harí­a la aventura todaví­a más interesante.

El estadounidense Richard Garriott, que se convirtió en octubre en el sexto turista espacial, se desplazó hasta Baikonur donde asistirá, a principios de abril, a la vuelta de sus dos compañeros de viaje de entonces, el ruso Yuri Lontchakov y el estadounidense Michael Finckle, que pasaron seis meses a bordo de la ISS, y de Simonyi.

El excéntrico multimillonario, convertido desde entonces en socio de Space Adventures, se mostró dispuesto a imitar a Simonyi y volver al espacio, aunque reconoce «no saber cuándo exactamente».