Mafia pierde a uno de sus jefes


Con el asesinato de Agostino Cuntrera, uno de sus históricos pesos pesados, el clan siciliano de los Rizzuto volvió a recibir un duro golpe que hace tambalear su liderazgo en el crimen organizado de Montreal, luego de 30 años de reinado.


Cuntrera, de 66 años, fue asesinado a balazos esta semana en la calle frente a uno de sus comercios en el barrio italiano Saint-Léonard. Su guardaespaldas, de 48 años, también fue asesinado en este hecho.

La muerte de Agostino Cuntrera toma una dimensión simbólica y da a pensar en el fin de una época, pues este mafioso habí­a jugado un rol protagónico en el derrocamiento del clan Calabrés en 1978. Ese año, el asesinato del jefe calabrés, Paolo Violi, dejó el paso libre a los Rizzuto, quienes tomaron el poder en el mundo del crimen organizado de Montreal.

Cuntrera habí­a participado en el asesinato de Violi en un bar, aunque frente a la Justicia no se logró precisar su rol exacto en el homicidio, por el cual fue enviado a prisión junto a dos otros hombres acusado de «complot» en el crimen.

Cuando salió de la cárcel, Cuntrera fundó varias empresas que administraban restaurantes y varias veces se mostró en compañí­a del jefe del clan siciliano, Vito Rizzuto.

Cuntrera nació en 1944 en Siculiana, Sicilia, y llegó a Montreal en 1965. En esta ciudad, dirigió una asociación de inmigrantes originarios de su localidad italiana.

Bajo el liderazgo de Vito Rizzuto, quien remplazó a su padre Nicolo, el clan siciliano dominó el mundo del crimen organizado en Montreal durante 30 años. Carismático y buen negociante, Vito supo convivir con las bandas de motociclistas Hell»s Angels y las nuevas «bandas de la calle».

Durante varios años reinó entonces una suerte de relativa paz mafiosa, y mientras tanto, el clan aumentaba sus actividades.

Pero a partir de 2004, los Rizzuto comenzaron a sufrir duros golpes. Primero Vito Rizzuto fue arrestado por pedido de la Justicia estadounidense, extraditado y condenado por su rol en el asesinato de tres miembros importantes de la familia Bonanno de Nueva York. Se espera que sea liberado en 2012.

En la misma época, en noviembre de 2006, se lleva a cabo la gran operación Coliseo. En este operativo, la Policí­a canadiense arresta al padre de Vito, el padrino histórico Nicolo Rizzuto quien es condenado a cuatro años de prisión.

Ese mismo año, un amigo de Rizzuto, Domenico Macri, fue abatido desde una moto. Los jefes mafiosos comienzan a esconderse en sus casas, a comprar limusinas blindadas y a estar acompañados por guardaespaldas.

Los Rizzuto vuelven a recibir otro golpe con la muerte del hijo de Vito, Nick, asesinado en plena calle en Montreal en diciembre de 2009. Nick no era un jefe, pero en el universo de la mafia su muerte es considerada una ofensa suprema y una prueba de debilidad de la familia.

Luego, en mayo de este año, un hombre considerado como el «consigliere», el financista del clan, Paolo Renda, desapareció misteriosamente cuando entraba a su casa. Renda, de 70 años, era el cuñado de Vito Rizzuto.

Los Rizzuto ya no tienen lí­der y según algunos medios, Cuntrera, hombre de cabellos blancos, de espalda grande y apodado «Señor de Saint-Léonard», debí­a provisoriamente jugar ese rol.