Maestros y educación


Editorial_LH

Hoy celebramos el Día del Maestro en recuerdo al crimen cometido hace 69 años contra la educadora María Chinchilla, cuando participaba en una manifestación contra la dictadura de Jorge Ubico y la fecha es propicia para rendir un homenaje a miles de connacionales que se han dedicado con entrega al apostolado de la educación para formar a nuestra niñez y a la juventud, entendiendo que su aporte ha sido invaluable y que la sociedad requiere de mucha gente como ellos para lograr avances sostenibles que se traduzcan en mejor calidad de vida para los guatemaltecos.


Es un lugar común decir que la educación es la clave del desarrollo y que el futuro de las naciones depende de cuánto y cómo se invierte en educación. Guatemala es uno de los países que destina menor porcentaje de su Producto Interno Bruto a sufragar los gastos de la educación y eso se refleja en nuestras condiciones sociales que no por casualidad se manifiestan de manera tan terrible cada vez que se hace la medición de los indicadores del desarrollo humano.
 
 El esfuerzo del maestro tiene que ir de la mano de la actitud de las autoridades que tienen la responsabilidad de planificar y ejecutar los modelos educativos para ampliar no sólo la cobertura sino la calidad de los contenidos. Siempre hemos creído que el principal educador tiene que ser el conductor de una Nación, quien con su ejemplo y actuaciones siente cátedra de valores, de principios y de compromiso con el país. Le tienen que seguir las autoridades de Educación que están llamadas a ponderar todas sus actuaciones bajo ese criterio de que deben ser faro que guíe tanto al magisterio como al conglomerado de los alumnos.
 
 Evidentemente la tarea es complicada, pero nuestra juventud demanda absoluta dedicación para mejorar sus perspectivas de futuro y ninguna apuesta será tan productiva como la que hagamos por la educación. Salvo, por supuesto, la que simultáneamente tenemos que hacer para eliminar la desnutrición crónica que condena a nuestras nuevas generaciones a un atraso marcado por el déficit de crecimiento físico y mental en los primeros años de vida y que jamás llega a reponerse.
 
 Un gobierno con visión de futuro, comprometido con el esfuerzo de hacer del nuestro un país distinto en el que todos los habitantes tengan oportunidades para desarrollarse plenamente, tiene que basar su esfuerzo en los temas de educación y salud como piedra angular del crecimiento en todos los órdenes de la vida. Y por ello hoy, en el Día del Maestro, no sólo agradecemos el esfuerzo y aporte de los educadores, sino exigimos consecuencia de las autoridades.

Minutero:
Atender la educación 
es tremenda obligación;
renunciar a la arrogancia 
es formar en democracia