Maestros bien pagados, pero…


Oscar-Marroquin-2014

Aparte del papel que juegan los coyotes para incentivar la masiva migración a Estados Unidos sobre la base de que la reforma migratoria será beneficiosa para los menores que estén allá si es que la misma es aprobada, se mencionan los factores de inseguridad y pobreza como elementos para generar ese impresionante éxodo de nuestros niños, pero es importante mencionar que Guatemala es el país de América Latina con más bajo índice de matrícula en educación secundaria porque apenas un 38% de los jóvenes en edad de cursarla se inscriben y, por supuesto, muchos de ellos no la terminan, lo que significa de entrada una especie de condena a vivir eternamente en pobreza.

Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt


Según estudios del Banco Interamericano de Desarrollo, se requieren al menos 11 años de escolaridad para tener oportunidades de librarse de la pobreza en nuestra región, lo que significa que hay que terminar los estudios secundarios para alcanzar ese objetivo. Pero si resulta que 62% de nuestros jóvenes no se matriculan siquiera en la secundaria es obvio que sus expectativas de vida son muy limitadas porque no tienen la escolaridad necesaria para mejorar sus condiciones de vida.
 
 Guatemala tiene cifras que pueden considerarse mentirosas en cuanto a lo que se invierte en Educación, puesto que gracias a la componenda entre los maestros organizados y autoridades politiqueras que suscribieron un pacto colectivo de condiciones de trabajo, nuestros maestros devengan un buen sueldo independientemente de sus resultados y del impacto que sus enseñanzas tengan en el nivel de los estudiantes. No existe parámetro para demandar rendimiento de los maestros con relación a sus ingresos y prestaciones, lo que se ha traducido en un retroceso, aunque parezca imposible que todavía pudiéramos retroceder, en términos de la calidad educativa y de la formación de nuestros jóvenes.
 
 Según la entidad no gubernamental Cooperación para la Educación –COED–, somos el país latinoamericano con menor porcentaje de matriculación de alumnos en secundaria. Según el Banco Interamericano de Desarrollo, apenas un 27 por ciento de los jóvenes del país terminan la educación secundaria, no obstante que el mismo BID estima que con menos de 11 años de escolaridad no es probable que se pueda romper la condena a la pobreza.
 
Esa estadística debiera preocupar y dar vergüenza a las autoridades presentes y pasadas de Educación, entendiendo que en los últimos años hemos retrocedido y perdido los limitados avances que se tuvo en épocas recientes. Cómo pretendemos que nuestros niños no emigren si de todos modos están condenados a realizar rudimentarios trabajos manuales por falta de oportunidades educativas. En todo caso, en Estados Unidos haciendo el trabajo más rudimentario y aún sin que les paguen el salario mínimo, obtienen ingresos que les permiten enviar algo de dinero a sus familiares que se quedaron en Guatemala.
 
 Mientras la vida aquí carezca de esperanza, mientras lo más atractivo para un joven siga siendo entrar a una mara, no habrá poder que le ponga freno a la migración. Invertir en educación y abrir el espectro de las oportunidades de una vida digna es lo único que hará que el terruño atrape a nuestros jóvenes y niños.