El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, presentará mañana en la Asamblea Nacional (Congreso unicameral) el informe de su primer año de gobierno, tras la muerte del mandatario Hugo Chávez.
Maduro examinará su primer año en el poder, primero como presidente interino y luego como gobernante tras las elecciones de abril de 2013, en el cual enfrentó el desconocimiento de la oposición a su legitimidad y una crisis económica por la escasez de divisas, una inflación de 56 por ciento y el desabastecimiento de los mercados.
La Asamblea Nacional convocó la sesión especial de mañana, que tendrá como único punto recibir el informe de gestión de Maduro, quien dijo que además trazará algunas líneas para su desempeño en el área económica en 2014.
Maduro dijo la noche del lunes que espera contar con el apoyo del pueblo en su mensaje al país.
«El miércoles voy, en cumplimiento de la Constitución Bolivariana, a rendir cuentas ante la Asamblea Nacional y ante el país de lo que fue el año 2013 para nuestra patria. Voy a rendir cuentas a nuestro país», indicó.
El gobernante debe presentar el informe de su gestión dentro de los diez días tras la instalación del período legislativo, que se inició el 5 de enero con la reelección de Diosdado Cabello como presidente de la Asamblea.
El oficialismo tiene mayoría en la Asamblea de 164 asientos, domina las dos vicepresidencias y además dirige las 14 comisiones legislativas.
La oposición, con 65 escaños, reclama estar al frente de varias comisiones, pero el oficialismo se ha negado a cederle espacios.
Maduro se hizo con el poder el 10 de enero como presidente interino, debido a que Chávez no pudo jurar para el mandato 2013-2019 por estar agonizando por el cáncer abdominal que sufría.
Chávez murió el 5 de marzo y Maduro, su favorito para sucederlo, ganó las elecciones de abril con una diferencia de 1,5 puntos porcentuales por sobre el opositor Henrique Capriles, quien impugnó los resultados.
Maduro se juramentó el 19 de abril, asegurando que tenía capacidad para mantenerse en el poder y dirigir al país al socialismo, a pesar de la «guerra económica» que afirmó fue lanzada por la oposición y los empresarios.
En noviembre lanzó una ofensiva para obligar a los empresarios a bajar los precios de artículos electrodomésticos, textiles, de ferretería y de partes de automóviles.
Pese a la lucha, la inflación cerró el año en 56 por ciento, una de las más altas del mundo, y a pesar de los controles de precios vigentes desde 2003.