El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirma que ha llegado la hora del «diálogo y la diplomacia» para su país y hace además una oferta conciliadora a Washington, en un artículo de opinión que «The New York Times» que el diario estadounidense adelantó ayer en su página web.
«Es hora del diálogo y la diplomacia. Dentro de Venezuela, le hemos extendido la mano a la oposición y hemos aceptado las recomendaciones de Unasur para iniciar conversaciones inmediatas con la oposición», afirma Maduro en el artículo, titulado «Un llamamiento a la paz».
Según el presidente venezolano, su gobierno también le ha hecho llegar al gobierno de Barack Obama su «deseo de volver a intercambiar embajadores».
«Esperamos que su gobierno responda del mismo modo», agrega, sin revelar cuándo fue efectuada dicha oferta.
El lunes, su canciller, Elías Jaua, había acusado una vez más a sectores en Washington de buscar una «guerra civil» en una Venezuela que lleva mes y medio de protestas sociales que han dejado casi 40 muertos. El jefe de la diplomacia de Maduro también afirmó que el Departamento de Estado norteamericano trata de «boicotear y deslegitimar» la tarea de facilitación que hizo la semana pasada la misión de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).
En su artículo en el influyente rotativo estadounidense, en el que hace justo una semana también escribía el líder opositor venezolano encarcelado a causa de las protestas, Leopoldo López, Maduro insiste ahora en su apuesta por la paz: «Venezuela necesita paz y diálogo para avanzar», subraya.
Y asegura que Caracas «saluda a cualquiera que sinceramente quiera ayudarnos a alcanzar esos objetivos», si bien no hace mención a la figura de un mediador que entre otros Washington ha estado proponiendo las últimas semanas.
A la par, sin embargo, el presidente venezolano lamenta la «distorsión» de las protestas que a su juicio han hecho muchos medios extranjeros y rechaza las aseveraciones acerca de que Venezuela tiene una democracia «deficiente», así como quienes dicen que las manifestaciones son reflejo de un sentimiento mayoritario en el país.
«Las protestas antigubernamentales son realizadas por personas pertenecientes a los segmentos más acomodados de la sociedad que tratan de revertir los logros del proceso democrático del que se han beneficiado la mayoría» de los venezolanos, sostiene al respecto.
Asimismo, Maduro acusa a los manifestantes de perseguir un «único» objetivo: «la destitución inconstitucional del gobierno democráticamente elegido».
Pese a su gesto conciliador hacia Washington, el presidente venezolano afirma también que aunque el gobierno de Estados Unidos dice ponerse del lado del pueblo venezolano, «en realidad está del lado del 1 por ciento que quiere hacer arrastrar al país a los tiempos en los que el 99 por ciento eran excluidos de la vida política y sólo unos pocos, incluidas las empresas estadounidenses, se beneficiaban del petróleo de Venezuela».