Madres de desaparecidos reclaman justicia


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A diferencia de la mayoría de familias que el 10 de mayo celebran en México el Día de la Madre, un grupo de mexicanos recorrieron ayer el centro de México con un angustioso clamor: «vivos se los llevaron, vivos los queremos».

Por E. EDUARDO CASTILLO MEXICO / Agencia AP

Numerosas madres que buscan a sus hijos participaron en la denominada «Marcha de la dignidad» que en total convocó a unas 300 personas que tienen como denominador común la desaparición de algún familiar, muchos de ellos en medio de la guerra que el gobierno libra contra el crimen organizado.

Diversas zonas de México han padecido la violencia atribuida al narcotráfico que ha dejado más de 47.500 asesinados desde diciembre del 2006, pero también un número indeterminado de personas desaparecidas.

Las autoridades no tienen cifras oficiales sobre desapariciones, aunque la relatoría para México de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos señaló en 2011 que había recibido un reporte sobre más de 5.000 denuncias de desapariciones.

El gobierno del presidente Felipe Calderón creó hace unos meses una fiscalía para atender a víctimas del delito, uno de cuyos mandatos es atender los casos de desaparecidos.

María Luisa Valdez, de 43 años, llegó desde la localidad fronteriza de Ciudad Juárez para reclamar a las autoridades por la desaparición de su hijo Mario Alberto Bustamante y su cuñado Juan Miguel Bustamante el 9 de abril del 2010 luego de que presuntamente policías los detuvieron en el puerto de Veracruz, en el Golfo de México, a donde habían ido de vacaciones.

Dijo que tras su desaparición les dijeron que agentes municipales los detuvieron afuera del hotel en el que se hospedaban y luego los entregaron a la Policía Federal, quienes supuestamente los trasladaron a por lo menos dos ciudades distintas. ¿La razón de la detención? Nadie se las dijo y ninguna autoridad les ha ayudado para encontrarlos.

«Con esta marcha todas las madres que venimos esperamos de perdida que se conmuevan las autoridades y que ya hagan algo, que ya paren esto», dijo Valdez, quien alzaba una pancarta con la fotografía y los datos de su hijo, quien desapareció cuando tenía 19 años y que asegura no estaba involucrado en ninguna actividad criminal.

Leonor Martínez Flores, de 52 años, también caminaba por el céntrico Paseo de la Reforma de la capital con una manta que tiene la fotografía de su hijo, Vicente Rojo, quien desapareció el 21 de marzo de 2009 en la ciudad fronteriza norteña de Piedras Negras, en el estado de Coahuila.

Contó que su hijo, entonces de 28 años, salió junto con otras 21 personas desde su comunidad en el Estado de México hacia la frontera norte para vender pinturas a bordo de camionetas. Ya en Piedras Negras, un presunto grupo criminal interceptó dos de los vehículos y se llevó a las 12 personas que iban en ellas, incluido Rojo.

«Allá nos dijeron… que podrían haber sido Zetas», dijo Martínez, quien también cree que pudieron haber sido autoridades infiltradas por el crimen.

«Le pido a Calderón que de favor nos lo traiga con vida, porque ya son tres años», añadió la señora que no vacila en asegurar que su hijo no estaba involucrado en ninguna actividad ilegal. «Si él tenía necesidad de trabajar era porque andaba trabajando, no porque anduviera en cosas sucias».