Madre: milagro de amor


Como tierra fecunda, así­ ha recibido tu vientre la semilla de la vida; tu esposo y tú pusieron lo biológicamente necesario y Dios bendijo el fruto de esa unión dándole un alma inmortal.

César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

Tu cuerpo comienza a tener cambios profundos; tu caminar es más lento y tienes mucho cuidado de no lastimarte, pues estás consciente de que dentro de ti está gestándose una persona.

Ni la más noble de las reinas se puede comparar contigo, mujer embarazada, a tu paso deberí­an extenderse lujosas alfombras de terciopelo, pues en ti se está realizando el milagro de la existencia.

Te preparas para ser madre y no sólo vigilas tu dieta alimenticia, sino que tratas de llenarte de optimismo; sabes que este estado aní­mico ayudará a la criatura que llevas en tu seno.

¡Que Dios bendiga a las mujeres prontas a ser madres!