Tener hijos no es un ningún freno para correr maratones.
Pregúnteselo a Madaí Pérez, la mexicana que el sábado se ubicó en el séptimo puesto del maratón femenino del Mundial de atletismo
MOSCÚ / Agencia AP
«Yo creo que después de mi segunda niña, alcancé un poco más de madurez», dijo Pérez. «Antes era algo muy atrevida, ahora pienso más, me siento más tranquila y más confiada».
La segunda niña se llama Kenia, que nació en mayo de 2009. De vuelta a las competencias tras el embarazo, Pérez ha conseguido varios de sus resultados más destacados, incluyendo el séptimo lugar en el maratón de Boston este año y el noveno en el maratón de Nueva York en 2010.
El sábado, en una ruta de 42 kilómetros, Pérez administró sus fuerzas para completar la distancia de 42 kilómetros en un día de un calor achicharrante. Las corredoras afrontaron una ruta a las riberas del río Moscú con temperaturas que rozaron los 30 grados Centígrado (86 F).
Pérez cruzó la meta en el estadio Luzhniki con un tiempo de 2 horas, 34 minutos y 23 segundos. Quedó a 8:32 minutos de la keniana Edna Kiplagat, quien revalidó el título al superar por 14 segundos a la italiana Valeria Straneo al desplazarla en los últimos dos kilómetros.
Un detalle: Pérez y las dos primeras son madres sobre los 30 años.
«En la primera parte, yo sentía que iba despacio. Pero sabía que si me iba más rápido, podía pasarla mal en los últimos cinco kilómetros. El calor estaba fortísimo», comentó la menuda maratonista, que progresivamente a lo largo del trayecto fue escalando posiciones. «Tenía que ser inteligente, tener mucha paciencia, mucha calma, sin desesperarme».
«Queríamos estar entre las primeras, pero entrar entre las diez es muy bueno», añadió.
Pérez está casada con Odilón Cuahutle, también maratonista, y su otro hijo se llama Kenjiro. Su entrenador es Germán Silva, el ganador del maratón de Nueva York en forma consecutiva en 1994-95.
Su desempeño en Moscú le sirve para quitarse el sinsabor que dejó perderse los Juegos Olímpicos de Londres el año pasado, cuando en las semanas previas tuvo que renunciar debido a una lesión en la planta del pie.
«Los Juegos fueron algo duro para mí, pero ya me quité la espinita», apuntó.