M. Draghi sucederá a Trichet en el Banco Central Europeo


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Los lí­deres de la Unión Europea nombraron hoy al italiano Mario Draghi como próximo presidente del Banco Central Europeo, decisión que da certidumbre a los inversionistas en momentos en que algunos miembros del bloque enfrentan una grave crisis económica.

Por GABRIELE STEINHAUSER
BRUSELAS / Agencia AP

Se espera que Draghi, jefe del banco central de Italia, adopte la postura estricta de su predecesor hacia la inflación cuando asuma el 1 de noviembre la jefatura del BCE, al dí­a siguiente que concluya el periodo del francés Jean-Claude Trichet.

«El señor Draghi ejercerá una dirección firme e independiente del BCE», aseguró el presidente de la UE, Herman Van Rompuy. «Una dirección de este tipo es esencial en tiempos normales e indispensable en tiempos difí­ciles».

La designación de Draghi estuvo rodeada de incertidumbre debido a que su colega e integrante italiano del consejo ejecutivo, Lorenzo Bini Smaghi, se rehusaba hasta el viernes a dejar su puesto.

Si Bini Smaghi permanece en el consejo ejecutivo, Francia carecerí­a de representante en ese organismo de seis miembros con la salida de Trichet el 31 de octubre. Los franceses habí­an dicho que apoyarí­an a Draghi sólo si un francés o una mujer asumí­an el lugar de Bini Smaghi.

El viernes, el presidente francés Nicolas Sarkozy dijo que Smaghi les informó a él y a Van Rompuy que dimitirí­a a finales de año. Sarkozy no precisó el nombre del candidato francés que ocupará el cargo.

La canciller alemana Angela Merkel, por su parte, rechazó la aseveración de que los apremios del gobierno italiano a Bini Smaghi para forzar la renuncia de éste habí­an puesto en peligro la independencia del BCE.

«La independencia del Banco Central Europeo, en lo que se refiere a su capacidad para efectuar sus tareas, quedó preservada totalmente», expresó Merkel a la prensa.

El Parlamento Europeo y el consejo del BCE ya habí­an aprobado de antemano la designación de Draghi.

Diferir el nombramiento de Draghi hasta la próxima cumbre de septiembre habrí­a puesto de relieve las divisiones entre los gobernantes de la UE, los cuales han tenido dificultades para encontrar una postura común en torno al abultamiento de la deuda de Grecia y la adopción de medidas para contener la crisis financiera que obligó a Irlanda y Portugal a recurrir a rescates financieros por miles de millones de euros.