Nuevamente una tragedia enluta hogares quezaltecos. El colegio privado Bethania, ubicado en la zona 1 de la ciudad altense, fue sepultado en una de sus aulas por un alud procedente de un cerro cercano de 30 metros, en donde arena y tierra porosa sepultó a cuatro alumnos, los cuales resultaron fallecidos por asfixia, y otros varios con heridas. No hace unos pocos días se presentó en Xela, un informe del Ministerio de Educación en el cual se daba a conocer cuatro centros educativos públicos en riesgo de vulnerabilidad por desastres, pero ahora pregunto: ¿qué hace un colegio a orillas de un cerro de material inestable, en donde las últimas lluvias hicieron que por fin colapsara? ¿Por qué no se tomó en cuenta este establecimiento y otros tantos por parte del informe? ¿En donde están las medidas de las autoridades correspondientes para evitar estas desgracias? Como siempre, la muerte y la desgracia son los mejores árbitros de la conciencia de la gente en este país. Siempre hay que esperar que el luto y el desastre nos hagan reaccionar para hacer algo al respecto, en especial a las dizque autoridades, que lo que menos tienen es el nombre. Quiero presentar mis más sentidas condolencias a las familias de los jóvenes fallecidos, los cuales este año se graduarían de peritos contadores, y a los que esta desgracia vino a truncar sus sueños y la de sus familias. Despierten señores del Ministerio de Educación, ¡ya basta de tanta indolencia, desidia, irresponsabilidad e indiferencia!