«Los estadios (en Brasil) se están quedando vacíos, los juegos ya no son atractivos, entonces, yo prefiero ver el campeonato inglés, el español, el italiano, ya estoy viendo hasta el campeonato ruso y el de Turquía, dentro de poco voy a comenzar a ver el de Kazajstán», se quejó Lula en una entrevista.
«Brasil hace veinte años era donde se practicaba el mejor fútbol del mundo. Hoy el mejor fútbol del mundo se practica en España, en Inglaterra, en Italia, en Francia, por jugadores brasileños, argentinos, latinoamericanos», se lamentó Lula, quien se reconoció hincha del Barcelona.
El problema, según el presidente brasileño, es que a la mitad del torneo nacional, los mejores jugadores son contratados fuera. Eso le acaba de pasar a su equipo, el Corinthians de Sao Paulo, que perdió cuatro deportistas, se lamentó. Lula informó que llevó esa inquietud al presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira, y hará lo mismo con el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, con quien se reunirá el próximo día 29 en Brasil.
«Quiero que el jugador (que comience el torneo en un equipo), lo termine en ese equipo, y después pueda irse. Porque entre un campeonato y otro queda tiempo para hacer una recomposición» de los equipos, dijo.
Si de un lado no puede negársele el derecho a un jugador de la periferia, pobre, el sueño de ganar millones en Europa, del otro, «lo que me preocupa es que Brasil está perdiendo a sus jugadores a los 17 años y los está recibiendo de retorno a los 32 (…). Brasil no puede continuar vendiendo niños y trayendo de retorno jubilados», concluyó.