El escritor chileno Luis Sepúlveda presenta el jueves en Madrid «La sombra de lo que fuimos», una historia «generacional» de varias vidas «llenas de amor y humor» que ha recibido el Premio Primavera de Novela.
«La sombra de lo que fuimos» narra la historia de tres chilenos de unos 60 años «que se reúnen un día en Santiago para emprender una última aventura», relató en una entrevista a la AFP el escritor.
Sepúlveda presenta el jueves en la Casa de América de Madrid su obra, ganadora del Premio Primavera, dotado con 200.000 euros y otorgado el mes pasado por la editorial Espasa Calpe a una novela en español.
«En esa última aventura van reconstruyendo sus vidas; son vidas contradictorias, divertidas, llenas de amor y de humor», según el autor, que describe la novela como «una historia muy generacional», con personajes que tienen su edad y regresan a Chile tras varios años de exilio.
El elemento autobiográfico «es imposible de evitar» y «en este caso sí, hay mucho de recuerdos personales y de recuerdos de amigos», confesó el escritor chileno, que fue perseguido en su juventud durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990) y finalmente exiliado en varios países de América Latina y Europa.
El autor de «Un viejo que leía novelas de amor», «Patagonia Express» o «Historias marginales», que desde hace unos años vive en Gijón (Asturias, norte de España), mira hoy a Chile «con optimismo».
«Es un país que está avanzando hacia una normalización de la vida democrática a pasos muy agigantados» y «el último gobierno de (la presidenta) Michelle Bachelet ha sido un gran gobierno, ha conseguido muchas cosas, muy justas y que era necesario conseguirlas», estima.
Los chilenos «van en muy buen camino para superar toda esa etapa negra y la van a superar muy pronto», asegura sobre la dictadura de Pinochet.
Sepúlveda, que ahora tiene «más de un proyecto de novela muy avanzado», dedica además parte de su tiempo a trabajar con varias organizaciones no gubernamentales, «que tienen que existir porque son necesarias», defiende.
La organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI), que trabajó activamente en defensa de los perseguidos en la dictadura de Pinochet, «me ocupa una gran parte de mi tiempo» y «creo pero firmemente en todo lo que hace», subraya el escritor, que también colabora con Bibliotecas Sin Fronteras.