La estatuilla, conocida en el mundo de la cultura como la Choca de Oro, fue entregada en el teatro «Wilberto Cantón, acto conducido por la actriz Karla Barahona y el escritor Alejandro Torruco a diversas personalidades. Fue el escenario para que brillara la figura de la guatemalteca Lucy Aldaz. Una escritora con gran presencia en Guatemala, lo cual demuestra con sus novelas (Historia de cristalino amor, Regresaré en el otoño, Ilusión de primavera en contra… y más). Este factor demuestra que en Guatemala las mujeres intervienen hoy en forma inteligente, responsable y activa, en diferentes actividades de la sociedad. El aporte literario de Lucy Aldaz en el campo de la novela incluye colocar versos e ilustraciones relacionados con los hechos que está narrando. Es una lectura agradable, sin eufemismos, aspecto que refuerzan sus mensajes. En los textos de Lucy cada página tiene la expresión de un pensamiento enunciado con extrema delicadeza pues en ellos se encuentra presente la vinculación de sutilezas, tradiciones y vivencias, como parte de un lenguaje común donde se destacan las diferentes formas de relación, aventuras, aciertos, virtudes y defectos de hombres y mujeres, quienes anulan la angustia social mediante la amistad, diversión, y amorí­os fugaces o permanentes. La presencia de libros en Guatemala tiene antecedentes antiguos y, hasta la actualidad, el paí­s ha presentado una importante calidad de escritores lo cual permite tener un Premio Nobel de Literatura, con la creación de buenos libros y se puede señalar la existencia de una importante generación de lectores. Considerando este hecho, Lucy Aldaz es una mujer guatemalteca de inquietudes renovadoras. Su fraguado carácter le ha permitido tener una visión optimista de la vida y, en ese empeño, brotan muchas de sus mejores expresiones literarias. Una mujer de estudio sistemático y especializado. Lucy es explosión de coraje para modificar su mundo. Acción y romanticismo. Inquietud renovadora que destaca las posibilidades rí­tmicas de la poesí­a dentro de una sensibilidad estética y moderna. Estos factores dotan a Lucy de permanente vitalidad. La sensibilidad estética de Lucy tiene un contenido social y en él hay presencia rí­tmica, indagación de identidades y depurado lenguaje poético. Su pasión -señaló el poeta mexicano Octavio Paz- «(…) no rompe sino ahonda el cauce de la forma». Esta situación explica la presencia de diversos poemarios: Deshojando margaritas, Sueños del alma, Murmullos de amor, Luces del espí­ritu, y Abriendo… las ventanas de mi alma. Son expresiones literarias escritas con lenguaje propio y de ellos se puede asegurar, tal como expresaba Ví­ctor Hugo con relación a Baudelaire: crean un estremecimiento. La poesí­a de Lucy conmueve porque sus palabras están organizadas al tomar del universo el sentimiento para integrarlo a los seres humanos. Ese mensaje se puede captar y asimilar pues elaboran pensamientos donde se encuentran el fragor de sus versos o la dulzura de un poema de amor. Son voces de resonancia vital. Fue el acto en el teatro de gran sencillez y sensibilidad humana. Se premió el talento, sin importar rostros o falsos académicos. Un tributo al esfuerzo y espí­ritu. Allí­ estuvo Rosita Quintana, representantes de la embajada guatemalteca en México y personalidades del cine como Eric Del Castillo, así­ como periodistas del Distrito Federal, Chiapas, Tabasco, y de la televisión mexicana. El pensamiento de Lucy Aldaz es fiel a su compromiso literario, pero también se localizan sueños y fraguado carácter. Por estas razones, no es posible hacer distinciones, porque en ella se encuentra la sangre apasionada que circula en sus versos. Lucy Aldaz es una guatemalteca que le canta al amor y la vida. Su pluma no plasma expresiones pontificales; por el contrario, abre cauces para la imaginación creadora de las guatemaltecas y guatemaltecos. Lucy es modernidad.