Lo vivido el fin de semana en El Salvador, es una muestra de la cerrada lucha que se mantiene hoy en día –en algunos países–, originada por el choque de argumentos y posturas antagónicas. La región que habitamos, es una de las que mayormente ha sido influenciada por las dos grandes y contradictorias corrientes de pensamiento, es por lo mismo, que en la actualidad se discute aún, cuáles son las políticas que deben aplicarse a los modelos económicos.
En una de las tantas definiciones que pueden surgir de la palabra ‘política’, deseo citar la que considero adecuada para los fines de esta columna, en donde se afirma que, la política es la expresión concentrada de la economía. Partiendo de esta definición, puede confirmarse que los escenarios políticos que se representan en la región, obedecen a las condiciones que se manifiestan en el seno de las circunstancias económicas, es decir, que en cierto grado son el reflejo de las luchas de los intereses económicos más profundos de las distintas sociedades.
Desde el desarrollo de la “Guerra Fría” a nivel mundial, que dicho sea de paso, en este acontecimiento la región fue objeto de fuertes influencias, por parte de las dos potencias enfrentadas en esa ocasión; en donde se libraron luchas, y en considerable número de casos guerras internas, todo lo anterior con la intención de instaurar nuevos modelos económicos o por mantener y profundizar los tradicionales ya existentes. Es desde ahí, donde se puede identificar el más reciente punto de partida de las actuales pugnas político-económicas, debatiendo de esta manera los caminos que deben emprenderse para el futuro de las distintas realidades sociales.
En algunos países más intensas, en otros no tanto, pero al final se libraron luchas por imponer las formas de Gobierno, puesto que, los sectores manifestaron intereses por aplicar lo que cada uno de ellos consideraba apropiado para ese contexto y etapa histórica. Es así como empieza a construirse la historia reciente de la región, siendo muy similar la suerte de algunos países, desembocando precisamente en lo acontecido en los nuevos escenarios llamados democráticos, mismos que fueron tan cerrados como el del domingo.
Particularmente opino, que en algunos casos específicos, hay sociedades que han madurado políticamente en comparación a lo que sucede en Guatemala, y este es el caso de nuestro vecino país El Salvador. Esta nación, que tiene similares condiciones sociales e intereses económicos, ha logrado consolidarse con partidos que se identifican con una ideología definida y representan una corriente de pensamiento, siendo lo contrario en Guatemala, dado que, en esta realidad los partidos son cortoplacistas y sólo se han convertido en vehículos electorales que en aproximadamente una década desaparecen.
Partiendo de la definición que se brindó anteriormente, se podría concluir que si la política es la expresión concentrada de la economía, significa que hoy en día no sabemos a dónde nos dirigimos, porque los partidos y sus militantes, no saben, ni establecen, posturas definidas ante los desafíos que representa el dirigir un país.