Lucha para controlar marea de lodo rojo


Trabajadores del Servicio de Protección Civil limpian el área contaminada por el barro rojo en Kolontar, Hungrí­a. FOTO LA HORA: AFP ATTILA KISBENEDEK

Las autoridades húngaras intentaban el miércoles contener la marea de lodo rojo, desecho industrial altamente tóxico, que se derramó el lunes en una región cerca del Danubio, 160 km al oeste de Budapest, en una «catástrofe ecológica» que dejó cuatro muertos y tres desaparecidos.


«Los trabajos de limpieza continúan hoy con 500 personas. Limpiamos las calles y las casas con agua a alta presión, bajo la dirección del Servicio nacional de salud (ANTSZ)», declaró a la AFP Timea Petroczi, la portavoz de los servicios anti catástrofes.

«El último balance es de cuatro muertos, tres desaparecidos, 123 heridos, de los cuales 61 hospitalizados, sobre todo por quemaduras provocadas por el lodo tóxico», precisó la portavoz.

El gobierno húngaro habí­a declarado el martes estado de alerta en tres departamentos del oeste del paí­s después del accidente ocurrido el lunes en una planta de bauxita-aluminio de la ciudad de Ajka, 160 km al oeste de Budapest.

Por una razón aún desconocida, un embalse se rompió y vertió 1,1 millón de metros cúbicos de lodo rojo mezclado con agua en los siete pueblos vecinos.

«Sobreviví­ gracias a una viga de la granja a la que me agarré cuando llegó el torrente», relató a la AFP Janosné Stumppe, 76 años, que salió del hospital el miércoles en la mañana, luego de ser tratada por quemaduras en las piernas y la espalda.

En el poblado de Kolontar, el alcalde Karoly Tily decretó una jornada de duelo.

La planta anunció que se encargarí­a de los funerales de las ví­ctimas.

Además del drama humano, el accidente representa una catástrofe ecológica mayor que amenaza la fauna y la flora alrededor del Danubio.

La contaminación podrí­a llegar al departamento de Gyor-Moson-Sopron hacia las 10H00 GMT, según un experto citado por la agencia de prensa húngara MTI.

Pero gracias a la lluvia y a los trabajos de limpieza el nivel alcalino del rí­o Marcal están en baja, y el Raab, afluente del Danubio, no deberí­a sufrir daños importantes.

Por su lado, la organización ecologista Greenpeace extrajo el martes muestras de agua que revelan «la presencia de plomo, cromo y arsénico», indicó a la AFP Marton Vay, portavoz de la organización.

Greenpeace espera ahora resultados suplementarios para definir su plan de acción, agregó Vay.

Según la portavoz de los servicios de emergencia, las canalizaciones de agua no están amenazados por la contaminación aunque por medida de precaución «está prohibido utilizar los pozos».

Por su lado, el ejército húngaro reconstruyó en Kolontar un puente que habí­a sido destruido por el aluvión.

Este puente quedó libre esta mañana para que la población pueda volver a sus casas destruidas y tratar de recuperar lo que fuese posible.

El miércoles en la noche, los habitantes de la ciudad están convocados a una reunión para discutir sobre las indemnizaciones y las garantí­as de seguridad, pues muchos vivirán desde ahora con el temor de una segunda inundación.