Luces y sombras


Podemos resumir el análisis del primer año de gobierno diciendo que no fue tan bueno como cree el Presidente ni tan malo como sostienen sus crí­ticos. En efecto, cuando uno oye al mandatario y pone atención a la abundante propaganda oficial, se da cuenta que en las esferas del poder existe la creencia de que, realmente, son el mejor gobierno de la historia del paí­s y que todo lo que han hecho es una maravilla merecedora de aplausos.


Por el contrario, si uno se pone a leer la prensa, termina con la sensación totalmente contraria, es decir, que este serí­a el peor gobierno en la historia del paí­s, tal la cantidad de señalamientos que se le hacen. Honestamente sostenemos que ni una cosa ni otra son ciertas, puesto que el gobierno del ingeniero ílvaro Colom tiene sus luces y también sus sombras. Obviamente la parte más positiva del régimen tiene que ver con el área social, no sólo por los programas de cohesión, sino que por logros como el establecimiento de la salud y la educación públicas en forma gratuita. Claro está que en este campo también hay sombras porque no se ha logrado transparentar de manera absoluta el manejo de los fondos en los programas fundamentales de la cohesión debido a la resistencia a hacer públicos los listados de la gente beneficiada, algo que de acuerdo a la ley de acceso a la información deberán explicitar este año.

La gran sombra del gobierno sigue estando en el área de la seguridad ciudadana, puesto que la violencia no se logra contener y la población se siente angustiada por esa sensación terrible de temor. El hecho de que en menos de un año tengamos ya al tercer ministro de Gobernación dice mucho de lo poco que estaba preparado el régimen para enfrentar el problema. Cierto que el primer relevo fue por la muerte en un percance aéreo del ministro Vinicio Gómez, pero al dí­a de hoy subsisten dudas respecto a lo que causó la caí­da del helicóptero y no se descarta mano del crimen organizado en el hecho.

El gobierno pregona como uno de sus logros la transparencia, pero la figura de Meyer opaca la propaganda porque 82 millones de quetzales no son moco de pava. Además, el tema de los financistas de la campaña sigue latente, como lo está también la pica en Flandes que ponen los crí­ticos cuando señalan imposibilidad de auditar a cabalidad los programas de cohesión que maneja la presidencia.

Este año el reto esencial estará en la seguridad y es deber del gobierno implementar polí­ticas eficaces para garantizar la vida de los habitantes de la República, así­ como rendir cuentas para evitar el desgaste de la polí­tica social.