El secretario general de la Liga árabe, Amr Mussa, intentó hoy una última mediación para superar la crisis política en Líbano, realizando nuevos contactos con el gobierno y la oposición, enfrentados desde el 1 de diciembre.
El diplomático árabe evocó hoy en la mañana «un avance» para un eventual gobierno de unión nacional, exigencia de la oposición.
Pero la mayoría rechaza transigir si no se crea antes un tribunal internacional para juzgar a los asesinos del ex primer ministro Rafic Hariri, una cuestión extremadamente delicada que divide a sectores pro y antisirios de Líbano.
La misión de Mussa, iniciada el martes, tiene por objetivo reanudar el diálogo entre la oposición, apoyada por Siria e Irán, y dirigida por el poderoso partido chiíta Hezbolá, que reclama la dimisión del gobierno, y el sector de la mayoría antisiria, apoayada por Occidente y que se niega a ceder.
Estimándose subrepresentados en el gobierno formado en el primer semestre de 2005, los partidos chiitas Hezbolá y Amal, aliados del jefe cristiano Michel Aoun, abandonaron la coalición dirigida por el primer ministro Fuad Siniora.
Luego, el 1 de diciembre, la oposición lanzó un movimiento de protesta en pleno centro de Beirut bajo las ventanas del palacio gubernamental.
La crisis ha provocado una parálisis total de las instituciones, una disminución del ritmo de la economía y divisiones acentuadas intercomunitarias.
Comentando lo declarado por Mussa, la prensa se mostraba escéptica.
El diario Al Akhbar, cercano al Hezbolá, afirmó así que las últimas entrevistas de Amr Mussa con el presidente del Parlamento Nabih Berri «no concluyeron en resultados positivos», pues la mayoría «rechazó hacer concesiones».
Como telón de fondo de la crisis, el proyecto de tribunal reclamado por la ONU para juzgar a los autores del asesinato del ex ministro libanés Rafic Hariri, el 14 de febrero de 2005, constituye el principal punto de desacuerdo, revelador de las difíciles relaciones entre el Líbano y su vecino sirio.
La oposición afirma ser favorable «al principio» de este proyecto.
Pero la mayoría acusa a los allegados a Siria de querer bloquearlo para tratar de ocultar una eventual implicación siria en la muerte de Hariri.