La lucha contra el terrorismo y el polémico tema de la inmigración centran el último programa de Gobierno del primer ministro británico, Tony Blair, presentado como todos los años por la reina Isabel II, en la majestuosa apertura formal del Parlamento.
«En el corazón del programa de mi gobierno está el incremento de acciones para responder a la amenaza del terrorismo» y «garantizar la seguridad», leyó la soberana, en una intervención conocida como «el discurso de la Reina».
Isabel II, que recientemente cumplió 80 años, llegó el miércoles hacia las 11:30 al Parlamento británico en compañía de su esposo Felipe, tras un breve paseo en carroza tirada por caballos, como dicta la tradición.
La soberana ingresó en el Parlamento vestida con un largo abrigo de armiño blanco, y llevando sobre la cabeza una corona incrustada de 2.868 diamantes, 273 perlas, 17 safiros, 11 esmeraldas y cinco rubíes. Esta corona, que pesa casi dos libras (910 gramos) permanece desplegada en la Torre de Londres.
El discurso que lee la reina desde un trono instalado en la Cámara Alta de Westminster para la ceremonia de apertura del Parlamento -llena de pompa, tradición y brillo- define la agenda política del gobierno para los próximos 12 meses.
«Seguridad en un mundo cambiante» es el tema central de la última agenda de Blair, quien se prevé dejará el gobierno en el primer semestre del año próximo, por lo que el próximo discurso del trono será redactado por su sucesor, que se apuesta será el ministro de Finanzas, Gordon Brown.
Además del combate contra el terrorismo, que el gobierno británico considera una amenaza «permanente y creciente», el otro gran tema de la agenda de Blair es una ley para frenar los cambios climáticos, en la que se compromete a reducir dramáticamente las emisiones que provocan el efecto invernadero.
En esta legislación, que Blair contempla como parte clave de su legado, el gobierno se propone reducir esas emisiones en un 60% para el año 2050, lo que seguramente decepcionará a los ecologistas, que urgen a compromisos más firmes de parte de los países.
Sobre el controvertido tema de la inmigración, el programa del líder laborista contiene medidas para dotar a los servicios de inmigración de mayores poderes para vigilar las fronteras del país, combatir la inmigración ilegal y deportar a los extranjeros que hayan cometido delitos.
El programa político leído por Isabel II con voz firme -pese a que la monarca sufre últimamente de una dolorosa «ciática crónica»- incluye también cambios en el sistema de jubilaciones y reformas de la Cámara de los Lores, así como medidas que sientan las bases para que los motoristas británicos paguen en las carreteras según el horario en que las utilizan.
Pero, como los procesos legales toman su tiempo, la mayoría de las leyes propuestas por Tony Blair no entrará en vigor hasta después de que el primer ministro haya dejado Downing Street, la sede del gobierno británico, donde reside desde su primera elección, en mayo de 1997.
Blair ha dicho que partirá antes de septiembre del 2007, a más tardar, pero la mayoría de analistas estima que el primer ministro -cuya popularidad está por los suelos debido al fiasco de la ocupación de Irak-, dejará en mayo las riendas a su sucesor.